Después de lo de ayer, ni es para estar tan optimistas como el ministro Blanco, ni tan pesimistas como los empresarios. Seguimos igual. En 39 años puede llegar el túnel a Francia (o no, y si es así, ¿servirá para entonces?); en 19 años, como mucho, Zaragoza será el nudo central del paso de mercancías hacia Europa (¡tantos años lleva la capital siendo eje central de carreteras! y lo iba a ser del AVE...) y el tren de Canfranc a Pau se va a seguir impulsando (ya sabemos bien cómo). Se vende humo y se sigue comprando.