Las calles de Aragón dictaron ayer sentencia y dieron un hachazo en toda regla a las políticas de recorte de Rajoy. Cuatro años después del inicio de la crisis, la sociedad aragonesa parece haber dicho Basta ya. El hartazgo fue el común denominador en la manifestación de ayer en Zaragoza, que se convirtió en una de las más contundentes que se recuerdan y que echó a las calles a decenas de miles de ciudadanos --25.000 según la Policía Nacional y unos 200.000, según los sindicatos--, que viven en estado de shock los ajustes aprobados por el Ejecutivo del PP hace apenas una semana.

Unas medidas --subida del IVA, eliminación de la paga extra de Navidad a los funcionarios, recortes a los parados, más impuestos para los autónomos, entre otras-- que han quebrado la confianza en la clase política por parte de los trabajadores públicos, asalariados, parados, autónomos, pequeños empresarios, pensionistas y jóvenes que ven el futuro teñido de negro.

Es el caso de Juan, estudiantes de 4° de la ESO, cuyo padre "ha tenido que salir del país" y residir en Angola para encontrar un puesto de trabajo. "Mi madre es funcionaria y lo que está pasando también me va a afectar a mí", afirmaba ante la atenta mirada de sus compañeros de pupitre, Carlos y Ángel. Es solo uno de los miles de ejemplos de una ciudadanía que dibujó parte del mosaico de indignación que recorrió las vías principales de las ciudades de Aragón y de España.

Motivos había para todos los gustos: el enorme pufo de Bankia, el expolio de un país por parte de la clase política y de las entidades financieras, la ausencia de responsabilidades y de ejemplaridad en la vida institucional, un enorme agujero en los ahorros de miles de familias, escándalos varios y la pérdida de soberanía de un país que quiere recuperar su voz y su voto en las calles. El diagnóstico de los ciudadanos ayer era idéntico: "Estamos ya hartos".

UNIDAD SIN PRECEDENTES La protesta, convocados por sindicatos y organizaciones sociales de todo tipo bajo el lema Quieren arruinar el país. Hay que impedirlo, aglutinó, por primera vez en muchos años, a todos los colectivos. La manifestación fue de tal dimensión que cuando la pancarta llegaba a la plaza de Europa, todavía había gente saliendo del Paraninfo de la Universidad. "¿Esto impresiona, eh?", comentaba una mujer a su compañera tras concluir el recorrido. El Paseo María Agustín se convirtió ayer en una alfombra de desencanto y de denuncia por la situación política y social que vive España. Una de las pancartas que se podían leer durante el recorrido lo ilustraba bien: "¿Qué vas a decir a tus hijos cuando te pregunten dónde estabas?". De fondo, se podía escuchar: Manos Arriba, esto es un atraco.

Mientras, poco antes de que concluyese la marcha, varios camiones de bomberos pusieron el punto emotivo al atravesar la calle con las luces encendidas y el ruido de las sirenas, que fueron recibidas con una cerrada ovación por parte de los ciudadanos. También se pudo ver a jóvenes charlando con policías locales de forma amistosa. De hecho, la protesta transcurrió pacíficamente y solo hubo que lamentar algún forcejeo a la llegada a la Plaza de Europa entre los representantes de los sindicatos mayoritarios y miembros de CNT.

Las manifestaciones se extendieron también a otros municipios de Aragón, como Huesca, Teruel, Ejea de los Caballeros, Caspe, Sabiñánigo, Jaca, Monzón y Alcañiz, donde miles de ciudadanos mostraron su malestar.

LA PUNTA DEL ICEBERG A día de hoy todo hace presagiar que estas protestas no se conviertan, a la vuelta de las vacaciones, en la punta del iceberg. Ayer se encargaron de advertirlo los secretarios generales de UGT y CCOO en Aragón, Julián Lóriz y Julián Buey, respectivamente, al señalar que las protestas "no se detendrán" al tiempo que dejaron en el aire una probable huelga general. "Están arruinando a este país y las gentes de sentido común no vamos a permitir que esto vaya pasando", apuntaron al inicio de la protesta. De hecho, plantearon una consulta popular para que los ciudadanos expresen "si quieren desmantelar el Estado social porque hay alternativas y hay otras políticas".

Los sindicatos anunciaron ayer que acabe el mes de julio celebrarán una cumbre social y sindical para decidir el calendario de movilizaciones con el objetivo de implicar a todos los colectivos. Además, también prevén celebrar una gran marcha sobre Madrid en septiembre y emplazarán al Gobierno a que celebre un referéndum

El comunicado final conjunto fue leído por el poeta, dramaturgo y profesor Mariano Anós, que lanzó una pregunta a la muchedumbre: "¿Para qué elegimos un Gobierno que se saca de la manga un programa oculto y estafa así a la ciudadanía? ¿Qué nos va a quedar del Estado social?".