El entorno de la plaza del Pilar ha vuelto al medievo. Como cada año, juglares, faunos, acróbatas y caballeros invaden el centro de Zaragoza durante tres días. El Mercado de las Tres Culturas abrió ayer sus 164 puestos de artesanía y alimentación. Aunque el recibimiento no fue el mejor. Por la tarde, la lluvia hizo que la afluencia fuera menor de la prevista, aunque se espera superar la cifra del año pasado, cuando unas 200.000 personas se acercaron a los zocos para visitar sus casetas y disfrutar de los combates, las animaciones teatrales y los espectáculos nocturnos.

Este año hay pocas novedades. Se ha ampliado el número de casetas hasta 164, de las que 89 serán de artesanía de distintas especialidades y 66 de gastronomía. Las 16 tabernas de la edición pasada se han reducido este año a 6. El concejal de Cultura, Fernando Rivarés, explicó ayer durante el desfile de inauguración que esta reducción tiene como objetivo que la hostelería de la zona obtenga beneficio por la afluencia de gente. "Hasta ahora se quedaban al margen porque la gente se quedaba en las tabernas", apuntó.

Por primera vez, el mercado coincide con la celebración de la Noche en Blanco. Para fusionar ambas actividades se ha instalado un escenario en la plaza San Bruno donde habrá representaciones teatrales. Esta noche se celebrará el concierto a partir de las 00.30 horas.

De amenizar la jornada se encargarán 12 compañías teatrales. Todas ellas son aragonesas, igual que el 40% de los artesanos. Se han programado más de cien pases para este fin de semana. Entre las entidades que participan varias de ellas colaboran en la difusión de las tres culturas: musulmana, hebrea y cristiana. La Asociación Distintos en la Igualdad realizará una visita a la antigua morería y a la judería y miembros de la Asociación Sefarad en Aragón recrearán la liturgia de una boda judía e impartirán un taller de bailes sefardíes en el escenario. Además, la Asociación de Baile VIII Milla de Utebo ofrecerá muestras de distintas danzas medievales.

El concejal se mostró confiado en que haya más visitantes que el año pasado y más beneficio para la ciudad. El mercado genera un retorno de alrededor de 35.000 euros directos a las arcas municipales, informó Rivarés. Entre los propietarios de los puestos se volvió a repetir un año más la misma queja: el elevado precio por metro cuadrado del suelo en comparación con otras ciudades. Oscila entre los 200 euros, salvo si se pertenece a la asociación de artesanos de Aragón, que está bonificado.

Durante el fin de semana, en el puente de Piedra, se podrá visitar una exposición de máquinas de asedio. Para los más pequeños habrá dos campamentos medievales donde se recrearán luchas de caballeros y actividades con tiro con arco, guerra de mazas, pintura facial y una guerra de catapultas y tirachinas.