No solo será la primera mujer en presidir las Cortes de Aragón. También será la diputada más joven en ocupar el cargo. Violeta Barba, nacida en Zaragoza en 1987 y de profesión abogada laboralista, sonaba desde hacía semanas como la candidata más probable para relevar a Antonio Cosculluela. Su labor como vicepresidenta no le ha impedido ejercer de diputada de oposición. Entre sus intervenciones se ha significado como defensora del turno de oficio o en el mantenimiento de la asesoría técnica a mujeres víctimas de malos tratos. Llegó a Podemos tras militar en Izquierda Unida motivada por el trabajo y el activismo político en las plazas del 15-M. El cambio de partido, que ella consideró natural ante en nacimiento de la nueva fuerza, le supuso, por las críticas e insultos recibidos, uno de los peores tragos de su trayectoria. Una vez en el partido morado se alió con la facción de Pablo Iglesias en unas primarias que finalmente ganó Pablo Echenique. Las discrepancias están en estos momentos completamente superadas. Por ese motivo prefiere no opinar sobre el enfrentamiento entre pablistas y errejonistas que estos días sacude la federación madrileña, pese a que algunas fuentes la sitúen más cercana a los postulados más moderados del secretario de política de Podemos, Iñigo Errejón. Dentro del partido ocupa un puesto en el consejo ciudadano de Podemos Aragón y ejerce como coordinadora del área que lleva por nombre Justicia, lucha contra la corrupción y seguridad. Para los próximos meses al frente de las Cortes de Aragón espera aportar una mirada "femenina" y cambiar algunas dinámicas que considera anquilosadas y basadas en rutinas innecesarias. Y propone más cultura como receta para el cambio. Otra generación entra en juego.