La fiscala María Victoria Esponera no perdió ayer la oportunidad de defender la pulcritud de todo el proceso de la operación Molinos, que ocho años después de la denuncia encara esta semana la recta final del juicio.

Ayer fue el turno de que las acusaciones presentaran sus informes (el resumen de los hechos que consideran probados), y el de Esponera vino precedido de una encendida defensa de una instrucción que ella misma protagonizó, junto al juez Alfredo Lajusticia.

Así, la representante del ministerio público se remontó a la denuncia, que "no era de carácter personal", indicó, en referencia a las directas alusiones a rencillas amorosas que deslizó el abogado de Pinilla, Santiago Palazón.

Continuó defendiendo que la instrucción se realizó "con todas las garantías", enumerando las nulidades y sobreseimientos pedidos y rechazados.

Volviendo a la principal acusada, la exalcaldesa María Victoria Pinilla, Esponera defendió que nunca ha estado indefensa, pese a sus continuas declaraciones en este sentido. Cuando se quedó sin letrado por primera vez, "se le dio un plazo" para designar a otro, recordó. "Pero lo que quería era liberar fondos" para pagarle, lo que hubiera supuesto darle "un trato distinto al resto de los acusados". Se requirió en varias ocasiones al colegio de abogados para que designase a un letrado.

Llegó a serlo, de forma efímera, el que ha acabado siendo su abogado, Santiago Palazón. Pero ella renunció y optó por José Antonio Visús, con el que llegó al juicio, el 15 de diciembre.

Pero entonces renunció a él, y luego, al no sentirse representada --pese a que el tribunal denegó la renuncia del letrado--, no declaró.

La fiscala reconoció que es "un derecho constitucional, sagrado" el no hacerlo, por las razones que quisiera. Pero a la vez le afeó el gesto, porque "ha declarado en programas de televisión, conoce la acusación y las preguntas que se le iban a hacer". Otra cosa es que quisiera "dilatar el proceso" por algo.

La Fiscalía también defendió que no ha habido dilaciones indebidas, pues estas serían imputables a las defensas. Recordó que el auto de transformación en Procedimiento Abreviado --teórico punto final de la instrucción-- se firmó en el 2013.

Y también defendió los pactos alcanzados con los acusados que han querido reconocer los hechos, pagar sus deudas y "terminar el calvario". Que no holocausto, como dijo Pinilla.