Sacarse el carnet de conducir es ahora más complicado que nunca y no porque los exámenes sean mucho más difíciles, sino porque el colectivo de examinadores de tráfico convocó una huelga que se inició el 19 de junio y que ya ha obligado a suspender aproximadamente 2.000 pruebas en la comunidad aragonesa. El cese de la actividad se ha producido los lunes, martes y miércoles de cada semana y continuarán hasta el 31 de julio. Si no se soluciona esta situación este colectivo tiene previsto convocar una huelga indefinida en el mes de septiembre.

«El origen de esto se remonta realmente al año 2008 cuando se produjo una subida de complemento salarial a gran parte del personal de la Dirección General de Tráfico (DGT) del cual los examinadores quedamos excluidos. Luego llegó la crisis y nos quedamos pendientes de esta subida, y así hasta hoy», explica Daniel Adiego, representante de Asextra en Aragón. Esta situación derivó en la convocatoria de una huelga de este colectivo en el 2015, que reclamaba la subida de un complemento salarial específico que, como afirmó Adiego, es «justificado porque nosotros cobramos complemento de peligrosidad y es prácticamente el mismo que alguien de ventanilla».

REIVINDICACIONES

Además de estas reivindicaciones, Asextra también demanda un incremento del personal ya que se considera «insuficiente» el que hay. «Hubo una época de mucho trabajo en Zaragoza y tuvieron que venir examinadores de Sevilla, Valencia y hasta de Tenerife para reforzar la plantilla», manifiesta Daniel Adiego. La última de las peticiones es reducir la carga de trabajo y pasar de 13 a 12 pruebas diarias.

Para desconvocar esta huelga, que duró seis semanas, los responsables de la DGT prometieron subir el salario que ya habían acordado anteriormente y como acto de «buena voluntad» mientras se llevaba a cabo esa subida del complemento específico, se comprometieron a darles un incremento por productividad, lo que ha sido el «mayor engaño de todos». «Comparamos la productividad del año 2015 y la del 2016, que fue cuando entró en vigor dicha productividad y aunque la cantidad es irrisoria, cobramos 1,5 euros menos que el año anterior. Parece que se nos están riendo», comenta incrédulo Adiego.

Tras las desconvocatoria de esta huelga, la situación apenas ha cambiado estos dos últimos años. «El Gobierno ha optado por el enroque, entonces vemos que no muestran ninguna voluntad por solucionarlo», resalta el representante aragonés de Asextra. La única esperanza que tiene este colectivo es que «en el Congreso todos los partidos políticos incluso Ciudadanos se mostró a favor». Las condiciones han seguido siendo las mismas, lo que ha llevado a la convocatoria de la presente huelga con idénticas reivindicaciones.

Unas movilizaciones enmarcadas en los derechos de los trabajadores que está creando muchos problemas tanto a los estudiantes como a las autoescuelas, las cuales están incurriendo en situaciones muy complicadas.

AUTOESCUELAS

Como explica el presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Zaragoza, Sergio Olivera, para los estudiantes que están ya en el proceso de obtención del permiso las afecciones son «gravísimas porque una persona que está preparada para el examen y va a realizarlo, es posible que ese día el examinador no aparezca, lo que conlleva que tiene que esperar tres o cuatro semanas hasta que pueda volver a examinarse e igual ese día tampoco puede porque vuelve a haber huelga». «Durante ese periodo los alumnos van a estar dando clase limitadamente porque el dinero no lo es y porque no están seguros de cuándo podrán hacer de nuevo el examen y llegan peor preparados», asevera Olivera.

Para este colectivo está siendo «dramático» porque si no se les puede dar salida a los alumnos y no puedes examinarlos no conciertan clases porque «igual no se pueden presentar en dos meses». «Nosotros tenemos alumnos, coches y profesores pero no podemos dar clase. Es una ruina porque al final de mes hay que hacer frente a los gastos igualmente pero no tienes ingresos», afirma contrariado Olivera.

Esta huelga, que como explica el presidente de la asociación, Olivera, «no están del lado de nadie» y «respetan el derecho a huelga» pero les está perjudicando enormemente y como no se solucione pronto, comenzarán las «reducciones de jornada» o incluso los «despidos» a partir de septiembre.