La zona más oriental de la provincia de Huesca se ha convertido en un oasis económico y laboral. Su cercanía a Cataluña, la llegada o ampliación de grandes proyectos agroindustriales y sus buenas comunicaciones han propulsado un territorio en el que la escasez de mano de obra es la principal preocupación. Salarios más competitivos que en la comunidad vecina y suelos industriales a buen precio han logrado captar nuevas empresas, en contraposición con el declive productivo de la capital oscense y su entorno. Eso sí, no hay que olvidar que el impulso de la Franja no hubiera sido el mismo sin el fuerte desarrollo del sector primario, con una ganadería y una agricultura cada vez más consolidadas. Sin ellas, el aterrizaje del macromatadero de Pini en Binéfar o la millonaria ampliación del Grupo Costa en Fraga serían impensables.

FRAGA

La plataforma logística, ocupada al 100%

El tejido empresarial de Fraga no ha dejado de crecer en los últimos años gracias a la ubicación estratégica de la capital del Bajo Cinca y su proximidad a Cataluña. No hay más que ver el fuerte crecimiento que ha registrado su plataforma logística, que cuenta con 875.000 metros cuadrados. En el 2014 estaba casi vacía, con solo dos empresas instaladas (Panadería Menal y Sirvex). Hoy el polígono alberga nueve compañías de diferentes sectores. Estas últimas siete firmas han invertido en torno a 150 millones de euros y han creado cerca de 300 empleos. Entre ellas destacan los fabricantes de envases (Grau, Petit y Valero), una gran planta de piensos y una empresa de fibra óptica (Optral). Por su parte, Cincaporc ya ha reservado una parcela para levantar una factoría de nutrición animal.

Su fuerte evolución ha hecho que la DGA ya esté diseñando la ampliación de la plataforma en 20 hectáreas más, un plan de expansión impulsado sobre todo por el nuevo proyecto agroindustrial del Grupo Costa. La compañía aragonesa prevé invertir más de 61 millones de euros en un centro cárnico que empleará cuando esté totalmente operativo a 1.600 personas.

La llegada de nuevas empresas y el crecimiento de las ya presentes han hecho que Fraga se encuentre ya en una situación de paro técnico, con la escasez de mano de obra como uno de los principales hándicaps a corto plazo.

En este sentido, cabe recordar que la planta de Becton Dickinson, uno de los motores económicos de la provincia, no ha dejado de crecer y ampliarse en los últimos años. De hecho, el fabricante de material sanitario ya emplea a cerca de 700 trabajadores.

MONZÓN

La terminal intermodal y la industria se afianzan

El tejido industrial de Monzón, la sexta ciudad de Aragón, no ha dejado de fortalecerse en los últimos años. Al crecimiento de sus fábricas históricas, como Tatoma (con unos 190 trabajadores) o Vicente Canales (unos 130), se ha unido el aterrizaje de importantes firmas llegadas desde Cataluña gracias al precio del suelo industrial y una mano de obra más competitiva. Es el caso de Metalogenia, especializada en la fabricación de material de desgaste para maquinaria de movimiento de tierras. El grupo abrió su planta de Monzón en el 2011 y ahora emplea ya a cerca de 300 personas. La firma Adelte también llegó desde la comunidad vecina en el 2004. El fabricante de pasarelas para el embarque de pasajeros en aviones y ferris acaba de ampliar sus instalaciones del polígono La Armentera y ya emplea a más de 80 personas.

A su fortaleza industrial hay que sumar el impulso que ha recibido la Terminal Intermodal de Monzón, creada en el 2010 por el grupo Samca para dar salida a las mercancías de las dos empresas que la familia Luengo tiene en Barbastro: Novapet y Brilen. De hecho, la compañía aragonesa acaba de construir un apartadero para que su nueva firma AgroTIM distribuya grano. Entre otros destinos, la terminal está conectada con el puerto de Tarragona.

BINÉFAR

El matadero de Pini revoluciona la localidad

Binéfar ha vivido una auténtica revolución con la llegada del grupo italiano Pini. La cárnica acaba de construir un macromatadero que a corto plazo será capaz de sacrificar cada día unos 16.000 cerdos. La compañía ha levantado la instalación en menos de un año, un tiempo en el que ha invertido 70 millones de euros. El macroproyecto aspira a generar 700 empleos en una primera fase y unos 1.600 cuando esté a pleno rendimiento. La firma también prevé construir un matadero de madres en San Esteban de Litera, con un centenar de empleos.

A todo ello hay que unir la ampliación que está realizando Fribin en su matadero de porcino, un proyecto al que ha destinado 18 millones. La cárnica aragonesa ya emplea en Binéfar a 600 personas, casi 200 más que en el 2010. Así, no es de extrañar que la falta de mano de obra sea el principal quebradero de cabeza en la zona.