La antigua estación del Portillo ya está dando los primeros pasos para su desmantelamiento. El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), gestor del edificio, ha impulsado la tramitación del vaciado de un edificio que ya suma 125 años de historia entre sus vetustas paredes y que pondría fin a un desmontaje iniciado ahora hace 20 años con la llegada del AVE a Zaragoza. Esta terminal emblemática pero infrautilizada desde el estreno de la intermodal de Delicias en el 2003 emprende los últimos pasos para su desaparición en un enclave que le convierte más en una brecha urbanística que en el referente que siempre fue. Y no hay fecha para acometer esta despedida, pero ya se trabaja en el convenio con Zaragoza Alta Velocidad (ZAV) que dará forma a la liberación de miles de metros cuadrados de suelo que ya tienen un futuro a la vista definido. Será una amplia zona verde con usos residenciales y terciarios que acompañen al CaixaFórum y a la estación de Cercanías que mantendrá su nombre.

Este convenio acaba de dar los primeros pasos recientemente, con la elaboración de unos primeros informes a los que le seguirán otros, de carácter técnico y económico, para impulsar la operación más compleja de todas y que le ha mantenido ahí durante dos décadas varado y sin planes de trasladarse a la estación intermodal de Delicias. Se trata del traslado del centro de control de mando de las líneas de tren convencionales aragonesas, un espacio desde el que se supervisa cada tren de Media y Larga Distancia que circula por la comunidad, hasta el límite provincial con Guadalajara, con Lérida y, en Teruel, hasta la estación de Caminreal. Se trata de un puesto de control que actúa «como refuerzo» del principal para las áreas de Cataluña y Aragón y que opera desde la estación barcelonesa de Sants.

Llevar la del Portillo a Delicias siempre se ha cuantificado en más de seis millones de euros, y ahora parece que van a dar con la fórmula de costearlo. En un convenio que, además, deberá definir claramente dónde se instalará y quién y cómo se asume esa factura. Por eso, desde las fuentes oficiales de Adif informaron a este diario que se trata de un «trabajo interno» sobre el que no se pueden avanzar demasiados detalles todavía porque «se presentará al consejo de administración de ZAV» y, si este da el visto bueno «se empezarán a redactar ya los proyectos constructivos» para llevarlos a cabo. «Es una operación compleja», admitieron, pero ya es noticia para Zaragoza que esto se empiece a impulsar, sobre todo porque este acuerdo está vinculado a esa operación urbanística llamada a transformar esta cicatriz urbana en una reconversión que, además, el ayuntamiento ya ha manifestado su intención de abaratar para hacerla viable.

Sin embargo, este convenio obliga a otro movimiento adicional, la salida de «unos 150 empleados» que tanto Adif como Renfe mantienen actualmente en el interior de la antigua estación del Portillo. Cuarenta de ellos son los que trabajan en el centro de control de líneas convencionales y el resto pertenecen a otros departamentos del gestor ferroviario. Otros 29 corresponden a la plantilla de Renfe, «todos vinculados al área de mercancías, entre maquinistas y personal de vagones.

Sobre cómo se plantean la reubicación cada una de estas empresas públicas, tienen planes distintos para sus empleados. Pese a ser entidades públicas, dependientes del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), antes llamado de Fomento, sus objetivos difieren en cuanto al lugar de destino de su personal. Tampoco van a movilizar el mismo número de empleados ni tienen las mismas posibilidades, de espacio y sobre todo económicas, para hacer este traslado que es necesario desde hace mucho tiempo.

Más complicado lo tiene Renfe que, según las fuentes oficiales, está buscando «otra ubicación en la ciudad» para acometer el traslado de esos «29 trabajadores», que sería la plantilla a movilizar pero no avanzan el destino. Aunque otras fuentes consultadas por este diario, aseguran que el nuevo emplazamiento ya se da por hecho que será «el parque empresarial del recinto Expo», llamado Dinamiza.

Sin embargo, nadie se atreve aún a aventurar la fecha de salida del edificio del Portillo.

Desde la empresa pública aseguraron que «aún no hay nada cerrado» con esa u otra ubicación, con lo que dejan abierto el destino de este personal. ¿Por qué no la intermodal de Delicias también, como Adif? Esta opción, según otras fuentes consultadas, está prácticamente descartada «por el precio que reclama Adif, que es quien gestiona la estación y sus espacios de oficinas vacíos, y supone un arrendamiento excesivamente alto». Así que se busca algo más económico para abaratar su instalación y, en este sentido, parece que el recinto Expo ofrece esas ventajas que se buscan en la capital aragonesa.

En este sentido, Adif lo tiene más sencillo e incluso se da por hecho que se dará un traslado «escalonado y progresivo» de los más de cien trabajadores que actualmente están en las instalaciones del Portillo. Y para más de 50 de ellos la ubicación ya está decidida: las oficinas ahora vacías junto al hotel y sobre la estación de autobuses en la intermodal de Delicias. Mientras, nadie se atreve aún a aventurar la nueva ubicación de los 40 empleados que operan desde el puesto de mando de las líneas de tren convencional, ya que está condicionada al emplazamiento que se elija para su instalación también en la estación, pero no está tan claro que vaya a ser el bloque de oficinas, también vacío, ubicado junto al vestíbulo de llegadas. Así que solo tienen un destino claro el resto de empleados, pertenecientes a otros departamentos como el de Patrimonio (unos 10); la Dirección de Mantenimiento de Infraestructuras (otros 20); los de Comunicaciones (en torno a una decena de personas); y los de Gestión de Circulación, más de 15 trabajadores de forma regular.

En el caso de estos últimos, tampoco se descarta avanzar su salida del Portillo y no esperar a ver qué ocurre con las instalaciones del puesto de control de mando del Portillo. Incluso, aseguran otras fuentes consultadas por este diario, que podría realizarse a lo largo de este año si la tramitación avanza según lo esperado. Aunque es pronto para poner fecha a su marcha de la antigua estación,

Si se produjera así, la terminal del Portillo no se quedaría aún vacía por una razón meramente monetaria, los más de seis millones de euros que costaría el traslado de ese puesto de mando para los trenes de Media y Larga Distancia hasta la intermodal de Delicias, su lugar natural desde la llegada del AVE a Zaragoza. De hecho, las líneas de alta velocidad ya tienen un centro de control de tráfico propio, junto a la estación inaugurada en el 2003.