En un 2020 marcado por la pandemia del coronavirus, solo la tradición parece estar resistiendo al aluvión de cambios en el día a día de los ciudadanos. Y en ella cabe en marcar la habitual entrega de aguinaldos que por estas fechas muchas empresas dedican a sus trabajadores. El efecto que el covid está teniendo en la edición de este año, lejos de mermar este tributo al esfuerzo del personal durante todo el año, parece que lo está reforzando y aumentando. El teletrabajo o los erte han obligado a muchas plantillas a redoblar esfuerzos desde el pasado mes de marzo y en esta pequeña recompensa se notará solo en una cosa: en muchos casos serán más espléndidos este año.

Según explica José Antonio Ros, director general de El Portal, una de las firmas aragonesas que se dedican a la elaboración y distribución de aguinaldos por la comunidad y el resto de España, este sector «está funcionando muy bien porque las empresas están siendo más solidarias con sus empleados». «No hay grandes cambios en el volumen de pedidos que hemos recibido, pero sí en el incremento del precio que están dispuestos a pagar», apostilla.

Y posiblemente en el cierre de la hostelería está la clave de esto, ya que en este 2020 «desgraciadamente no van a poder hacer cenas de Navidad y quizá se vuelquen más en los aguinaldos, sean más generosos». «Y digo desgraciadamente porque lo ideal, también para nosotros, sería que esos bares y restaurantes también tuvieran trabajo estos días, que hubiera para todos», añade Ros.

Más de cien empleados

Su día a día desde hace semanas es el de redoblar esfuerzos en su fábrica del polígono Centrovía, en La Muela, para que nadie se quede sin aguinaldo. Explica el responsable de la empresa que ya tienen «más de cien personas trabajando ahora cuando de normal son 14» y prevé que en los próximos días lleguen a «más de 140». Están en el pico de una demanda que se empieza a fraguar desde hace muchos meses, algunas empresas ya encargan sus aguinaldos «desde el mes de abril», en pleno tsunami de la pandemia en España y cuando nadie auguraba un mes de diciembre y unas Navidades tan complicadas como las que se avecinan ahora. Normalmente, las más tempraneras suelen ser también las más grandes, las que tienen que obsequiar a más trabajadores, y son las pequeñas con menos empleados las que hacen sus encargos a última hora.

Para ellos el ritmo ahora es muy alto y hace notar más la principal novedad de la campaña de este año: el reparto a domicilio. «Si habitualmente en Aragón hacemos 10.000 envíos, esta vez rondarán los 30.000. Y si en España hacíamos 20.000, ahora rondarán los 50.000», relata el director general de El Portal. Esta distribución puerta a puerta lleva experimentando un aumento importante en otros sectores, y los que preparan aguinaldos no iban a ser una excepción. «Hemos reforzado muchísimo esta parcela porque el confinamiento y el teletrabajo han provocado que las empresas se busquen la forma de llegar a todos los empleados como sea. Antes era tan fácil como repartirlo en la empresa, ahora mucha gente trabaja desde casa», expone Ros.

Por eso, de los más de cien trabajadores que moviliza una campaña de reparto de aguinaldos en estas fechas, «entre 80 y 90 personas se dedican a la producción» en sí desde la planta de Centrovía y el resto son personal de administración, comerciales y, sobre todo, repartidores de la empresas. Con el objetivo de alcanzar las «500 entregas diarias que hemos empezado a hacer desde esta semana». Un volumen importante que obliga también a trabajar con otras empresas que se dedican al transporte.

Cada vez más calidad

Otra de las mejoras que han experimentado los aguinaldos es la «tendencia a pedir productos de más calidad», aunque esta es una evolución que no está tan relacionada con la pandemia como con las modas que van cambiando desde hace años, orientadas cada vez más a preparados gourmet. La tradición comenzó siendo la de entregar alimentos de primera necesidad, «como si fuera una pequeña despensa de productos básicos, pero ahora se reclaman otros más exquisitos», explica Ros. Y la variedad es muy amplia. Tanta como lo que la empresa esté dispuesta a gastarse en un lote que en el mercado actual puede ir desde un mínimo de 9 euros hasta cifras ilimitadas. Todo pasa por la generosidad de quienes hoy quieren compensar tanto esfuerzo.