Maquinaria agrícola, invernaderos, granjas, barricas, redes de riego... y hasta vacas. Casi todos los activos del sector agroalimentario son susceptibles hoy de financiarse bajo la fórmula del alquiler con opción a compra (leasing) o sin ella (renting). Bien lo saben los profesionales del campo en Aragón, que cada vez recurren más a estos métodos que tienen un amplio recorrido en el mercados automovilístico, inmobiliario o de bienes de equipo. El caso más peculiar se da en la ganadería vacuna. En torno a 40 reses de la comunidad están explotadas actualmente con el primero de estos sistemas, una alternativa que está llamada a popularizarse en esta actividad por las ventajas que ofrece.

La operación del leasing es sencilla. El banco formaliza un contrato por el que cede el uso de un bien elegido por el cliente por un plazo de tiempo concreto, concediendo una opción de compra sobre el bien al final del plazo de alquiler.

El Banco Sabadell es una de las entidades pioneras en la introducción de estos métodos de pago en el sector agrario de Aragón, donde se está posicionando con este tipo de productos. En su caso, ofrece financiación por leasing de hasta el 100% del importe de la inversión, con posibilidad de incluir el IVA, lo que evita pagar el impuesto en el momento de la compra y se difiere en las cuotas mensuales.

El plazo con esta entidad puede ser de hasta cinco años. Cumplida esa fecha, el cliente tiene la opción de hacer una compra final equivalente a una cuota de alquiler. Esta fórmula es además compatible con líneas de financiación subvencionadas del ICO o el BEI.

«Estas fórmulas permiten mejorar la rentabilidad y la eficiencia del negocio agrario. Nosotros ofrecemos asesoramiento para buscar siempre las mejores condiciones fiscales y económicas a los profesionales», explica Juan Luis Rivera, director del negocio agroalimentario del Sabadell en la comunidad, donde cuenta con cuatro oficinas especializadas en este sector (en Binéfar, Basbastro, Fraga y Ejea) y tiene previsto abrir una quinta en Alcañiz.

El precio de compra de una vaca nodriza con aptitud cárnica ronda de media los 1.200 euros, mientras que las de producción de leche se sitúa entre los 1.800 y 2.000 euros. Tomando como referencia este último valor y con un leasing a 60 meses (cinco años) con un 3% de interés fijo, la cuota mensual sale por unos 35 euros y por 50 euros si el plazo es menor.

EL EJEMPLO DE TORRECONDE

La primera experiencia en Aragón la protagonizó la vaquería Torreconde, ubicada en Muel y que produce de forma ecológica leche, queso fresco y yogur. Inició su actividad a finales del 2017 con un leasing de 16 vacas de raza Fleckvieh procedentes de Austria. Lo hicieron a través de Cipsa Pecuaria, una firma de Tortosa especializada en estos servicios, y con la financiación del BBVA.

«Es una sistema ideal sobre todo cuando empiezas un negocio porque te permite no tener que hacer una gran inversión inicial. Las cuotas se pagan con el propio rendimiento del animal», explica Javier Sanz, que puso en marcha la empresa láctea junto a su hermano Juan. Tan bien les fue que al poco tiempo compraron otras seis reses con este método, pero esta segunda vez de la mano del Sabadell. Esta entidad ha cerrado otra operación de este tipo en Aragón -18 vacas nodrizas (con aptitud cárnica) para un ganadero del Pirineo- y está negociando varios contratos más.

Estas alternativas financieras tienen ya una fuerte penetración en otras comunidades autónomas. En Cataluña, por ejemplo, en torno al 98% de su ganado de leche se adquiere mediante leasing.