El Departamento de Educación publicó ayer una orden por la que emplaza a los centros públicos a realizar un proceso de reflexión en torno a los deberes e iniciar así la regulación de las tareas escolares en la comunidad.

La norma marca el camino para que cada centro se posicione acerca de los deberes y articule cómo se van a desarrollar a partir de ahora en sus aulas. Así, según recoge la norma, ya en el segundo trimestre de este curso cada colegio debe poner a disposición de su comunidad educativa un documento sobre la materia. Este texto debe contener el tipo de tareas que se llevan a cabo en el centro, además de sus objetivos pedagógicos y su adecuación al perfil del alumnado. También debe contener su programación y planificación, su evaluación y la iniciativa propia del alumnado.

Para ello, todos los colegios e institutos tendrán que constituir una comisión de coordinación, con presencia de docentes, familias y, en el caso de Secundaria, alumnado, que decidirán la manera de abordar estas tareas en sus respectivos centros. Una vez desarrollado el debate conjunto, el documento de acuerdos sobre los deberes se incorporará al Proyecto Educativo de centro antes de finalizar el curso 2019-2020.

«La orden recoge los puntos más importantes: qué tipo de tareas o qué y cómo evaluar», explicó el director general de Innovación Educativa, Toni Martínez.

Para poner en marcha todo el proceso, Educación adjunta junto a la orden el Documento base sobre Tareas Escolares en el Proceso de Aprendizaje, elaborado por un grupo de trabajo que surgió de una jornada celebrada en Zaragoza, apoyada por el departamento y que aboga por «unas tareas individualizadas y con un alto componente de voluntariedad».

LAS RAZONES

El documento apunta que «los cambios en la sociedad en los últimos años, las investigaciones sobre la forma de aprender y un uso poco reflexivo de los deberes han supuesto que desde distintos ámbitos tanto profesionales como familiares se cuestionen», se apunta.

«Incluso se identifican los deberes tradicionales como un posible freno a la motivación y al gusto por aprender», añade el documento que, entre otras cosas, establece que «se necesita conseguir una estrecha coordinación con las familias para definir qué es tiempo escolar».

«Es preciso respetar los tiempos y los espacios familiares dada su importancia en el crecimiento del alumnado. En todo este proceso, es crucial la coordinación de los equipos docentes a lo largo del curso para la asignación de las tareas», añade.

La Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado de la Escuela Pública de Aragón (Fapar) acogió ayer con «satisfacción» la publicación de la orden de Educación. «Nos parece importante que en el debate participe toda la comunidad educativa, puesto que es un tema que afecta a todos, y que se tengan en cuenta las características y necesidades del alumnado que siempre debe ser el centro de dicho debate», señalaron

«Animamos a todos los centros a crear las comisiones de coordinación y a iniciar este proceso que debe convertirse en la oportunidad para impulsar la participación de las familias, fomentando la relación con los docentes», indicaron desde Fapar.

El colectivo de familias también aludieron a su importancia para «alcanzar la motivación del alumnado en su proceso de aprendizaje, que es la principal garantía de éxito, no solo en su formación actual, sino a lo largo de la vida», señalaron.