Fue el primer restaurante que consiguió una estrella (Michelín) de Zaragoza y ayer reabría sus puertas estrenando imagen y filosofía. Un giro de tuerca para acercar la Bal d'Onsera a los ciudadanos, a sus bolsillos y al estilo de ocio del Tubo. Una nueva zona más informal en el restaurante, platos para compartir a precios muy asequibles y hasta tapas (Pequeños manjares, que permiten probar la riquísima carta en pequeñas porciones y que van desde el pincho de Borago al Amarillo poché). El propio Josechu Corella se encargó de presentar el nuevo espacio ante los medios, acompañado de su equipo. Un lugar desde el que presumir de productos de la tierra --como la borraja y los vinos-- y también de la nueva cocina aragonesa. Un estilo que ha logrado ya cinco estrellas Michelín en la comunidad y que ahora hay que "fomentar y divulgar", como él mismo recalcó.