La plataforma agroalimentaria de Guissona de Épila empezará a coger forma el próximo lunes. Será el 1 de abril cuando se inicien los trabajos de movimiento de tierras y explanación del terreno que albergará el centro logístico de Bon Área. La planta empezará a funcionar en el 2022, aunque lo hará a medio gas porque este faraónico proyecto, que requiere de una inversión global de más de 400 millones -y solo 23,5 de las arcas autonómicas-, que empleará a más de 4.000 personas no estará terminado hasta dentro de una década.

Han pasado dos años desde que se firmó el convenio entre el Gobierno de Aragón, el Ayuntamiento de Épila y la empresa Corporación Alimentaria Guissona y ayer el Consejo de Gobierno aprobó ayer de forma definitiva el Plan de Interés General Autonómico (PIGA) que ordena las 242 hectáreas sobre las que se actuará y que permite colocar la primera piedra.

El Ejecutivo autonómico se ha implicado de lleno en este proyecto que revalorizará la comarca, creará empleo directo y potenciará las explotaciones ganaderas de la comunidad. Prueba de ello es que se ha autorizado a Suelo y Vivienda de Aragón a que contrate las obras de la urbanización de uno de los dos subsectores. En concreto, la DGA licitará las obras de urbanización de una parcela de 35,32 hectáreas e invertirá 29 millones (IVA incluido) de los que 5,5 serán aportados por Guissona. Según el consejero de Vertebración Territorial, José Luis Soro, estos trabajos podrían comenzar en medio año. Tanto el Ayuntamiento de Épila como la DGA dispondrán de una parcela de 10 hectáreas para instalar otros usos lucrativos.

PLANES

El presidente del grupo Guissona, Jaume Alsina, que ayer se trasladó a Zaragoza para celebrar el nacimiento de lo que llamó el «Bon Área Aragón», explicó. Las previsiones de la empresa, según ha podido saber este diario, apuntan a que comenzarán el lunes, con unos trabajos de explanación a los que se destinarán 20 millones. Las máquinas ya están sobre el terreno, listas para mover toneladas de tierra de 169 hectáreas de campo situadas frente al polígono El Sabinar, junto a la autovía de Madrid. Y la empresa ya cuenta con los permisos tanto del Inaga como de la Dirección General de Minas.

Estos trabajos se prolongarán diez meses y, entonces, empezarán a construirse «dos o tres naves» en las que realizar «los primeros trabajos» y que albergarán el centro logístico que, según Alsina, podrá estar operativo en dos años para poder abastecer a las tiendas de Bon Área situadas en Zaragoza, Madrid o Levante. Entre el 2021 y el 2022 también prevé que esté en funcionamiento la fábrica de alimentación para mascotas y el matadero de aves y porcinos. Será entonces cuando empiecen las contrataciones, que se irán incrementando hasta que esta planta funcione a pleno redimiento en el 2029.

La inversión total que hará Guissona en la urbanización de su parcela ascenderá a 154 millones, mientras que el Ejecutivo autonómico invertirá 23,5 millones en las obras de urbanización, de la fase 1 que comenzará en septiembre, y de la 2, para las infraestructuras de servicios. Estos dos lotes tendrán un plazo de ejecución de 18 y 24 meses, respectivamente. La DGA se hará cargo del subsector 2 separado del complejo de Guissona por la autovía de Madrid.