El subsuelo de Brea de Aragón ha ofrecido esta semana una sorpresa que ha puesto en riesgo el sistema de alcantarillado de la localidad. En una inspección rutinaria de los registros de desagüe se descubrió el desprendimiento de todo un tramo de tuberías debido a un enorme socavón de casi 150 metros cuadrados situado bajo la calle. Tras inspeccionar su interior se descubrió que era una vieja bodega abandonada de la que ningún vecino tenía recuerdo, por lo que se ha optado por llenarla de hormigón para evitar problemas en la estructura de la calle y los edificios cercanos.

El alcalde de la localidad, Raúl García (PP), reconoció que ningún vecino esperaba esta aparición cuando se picó el agujero localizado durante la inspección. Al parecer nadie recordaba su presencia. Según el arquitecto municipal que consideró necesario actuar volcando en su interior hormigón hasta que se pueda cerrar de forma completa y así se garantice la seguridad estructural de todos los edificio de la zona, pues al inspeccionar el interior (que estaba lleno de aguas fecales) no se adivinaron elementos de importancia.

El socavón se hundió en el centro de la calle San Antonio, una zona de bastante tránsito en la parte alta de la localidad. «Al intentar picar lo que pasaba junto al registro afectado la calle su hundió varios metros, puesto que en ese tramo se encontraba la vieja bodega», destacó el regidor. Cuando se hicieron las zanjas de los desagües no se detectó la construcción abovedaba bajo la tierra, pues ningún vecino se ha hecho responsable de la construcción.

"Podría haber pasado una desgracia"

En Brea de Aragón este tipo de construcciones fueron habituales durante unos años, pero muchas familias ya han decidido taparlas para evitar problemas con los cimientos. En este caso concreto las casas colindantes (una de ellas de tres pisos) se encuentran sobre los laterales de la bodega oculta y según el regidor solo su forma abovedada ha hecho que en estos años no se haya derrumbado totalmente. «Podría haber pasado alguna desgracia, sobre todo porque ahora ha perdido fuerza con el hundimiento». señaló García.

Con estos primeros indicios de abandono, detectados gracias a una cámara, se tomó la decisión de sellar completamente la oquedad. Ahora durante unos días se continuará taponando todo el interior, una labor lenta porque el hormigón tiene que ir fraguando poco a poco. Cuando se llegue a la altura de los desagües se volverá a construir la red de alcantarillado y de abastecimiento. En ese momento se recuperará también el tráfico en la calle.

El alcalde señala que durante unos días tratarán de averiguar algo sobre el descubrimiento, algo que no dan gran importancia porque su interior estaba completamente libre de enseres u otros objetos. «Muchas familiar cerraron las bodegas hace 60 años, pues dejaron de tener valor cuando no se guardaba el aceite y el vino en el interior de las casas», consideró García.