El túnel de Somport se cerró ayer al tráfico debido a la caída de una roca sobre la calzada en la parte francesa, en la carretera RN 134, muy cerca de la boca norte del paso subterráneo. Por este motivo, la circulación ha sido desviada por el puerto de Somport hasta que se despeje la carretera y se acondicione la vía en el punto afectado. El desprendimiento se produjo a primeras horas de la mañana, según indicó la Subdelegación del Gobierno en Huesca.

La roca, que posee un volumen de unos dos metros cúbicos, invadió la vía en un punto situado entre el paraje de Les Forges d'Abel y la entrada del túnel, a escasa distancia asimismo del tramo que se encuentra en obras desde abril debido al riesgo de hundimiento que presenta por la acción de las filtraciones de agua.

El cierre del túnel se produce "hasta nueva orden", tal y como señaló ayer el diario La République des Pyrénées, que informó que una empresa se ha encargado de evaluar los riesgos. Sin embargo, la circulación por el puerto de Somport no se vio interrumpida, dado que los automovilistas pueden tomar como alternativa la N-330a, que pasa por la cumbre del puerto de Somport, y allí seguir asimismo la antigua RN 134, que en la actualidad ha quedado como acceso a la parte oriental del Parque Nacional de los Pirineos y la estación de esquí del Somport, en la parte francesa del Pirineo.

El desprendimiento de la roca se suma a los problemas que presenta la RN 134, que discurre por el angosto y accidentado valle de Aspe. La vía, que nunca ha sido modernizada en todo su recorrido, salva un gran desnivel y atraviesa una zona propensa a los corrimientos de tierras.

De hecho, los vehículos pesados de más de 3,5 toneladas (camiones y autobuses) no pueden circular por ella desde el 17 de abril debido a los desperfectos descubiertos en la calzada y el muro de sujeción de la zona del barranco de Lacondre, cerca de Urdos.

En este paraje, a cuatro kilómetros del túnel, se realizan trabajos para sujetar la ladera y reforzar el suelo sobre el que se sustenta la carretera. Para ello, una brigada compuesta por 10 hombres inyecta en estos momentos pilotes y micropilotes que tienen como función detener el deslizamiento del terreno.

La obra no terminará hasta diciembre, pero se establecerá un paso alterno para vehículos pesados a partir de finales de julio, según anunció el subprefecto de Oloron, Samuel Bouju.