Los vecinos de Jaca y los pueblos del entorno celebraron ayer el día de su Patrona, Santa Orosia, con la tradicional procesión en la que no faltó el fuerte calor que parece formar parte año tras año de este evento. Con los sones de las campanas de la Catedral de fondo, se respiró aire de fiesta desde primeras horas de la mañana.

Más avanzado el día, la gente se fue agrupando a lo largo de las calles del casco antiguo para ver pasar la comitiva, encabezada por el pendón, ese estandarte de difícil manejo por sus siete metros de altura y la obligación de sortear los cables aéreos de la vía pública. Peñistas y vecinos con ramos de flores para la ofrenda a la santa iban a continuación y precedían a los integrantes de la Hermandad del Primer Viernes de Mayo, portadores de dos urnas, las que contienen las reliquias de los Santos Indalecio y Félix y Voto.

El Grupo Folklórico Alto Aragón, con sus mudanzas de palotiau bailadas a ritmo y melodía de salterios y chiflos, aportó musicalidad a este tramo procesional, del que formaron parte destacada las 56 cruces procedentes de otros tantos pueblos de las Tres Veredas, portadas por los vecinos ataviados con roquete, como mandan los cánones.

Los Danzantes de Santa Orosia, con el trucar del palotiau, y Os Bayladós, con el repique de sus castañuelas, ambos acompañados de la música de chiflos y salterios, precedían, junto a los Romeros --por cierto, ninguna mujer entre ellos, pese a que ya se ha decidido su incorporación--, a la urna con la reliquia del Cuerpo de Santa Orosia. La llegada a la plaza de los componentes de la procesión, después de recorrer las estrechas calles del casco antiguo, se llevó a cabo con la habitual expectación. Tras la ofrenda de flores, el obispo de Jaca y Huesca, Jesús Sanz, se estrenó en el hecho más relevante para los devotos de Santa Orosia, la muestra de su reliquia.