El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, cerró ayer la planificación hidrológica previa al gran Plan Hidrológico Nacional que se abordará a partir de ahora. A juicio de Cañete, la labor llevada a cabo por su departamento "se puede contar entre los trabajos de Hércules, porque les puedo garantizar que ha sido ciertamente complicado".

El ministro hizo estas afirmaciones al término del Consejo de Ministros, donde ayer se aprobó el Plan Hidrológico de la parte española de la demarcación hidrográfica del río Tajo, el último gran río que tiene ya su plan. Sus declaraciones se enmarcan dentro de la complejidad de encontrar consensos en planes como el del Ebro, donde Cataluña se opone al caudal asignado al delta, por considerarlo insuficiente. En otros casos, como los planes de Júcar o el Segura, Aragón se ha opuesto por considerar que permite el trasvase.

El ministro destacó que en menos de dos años su Gobierno ha tenido un "trabajo ímprobo" al aprobar 15 planes, más dos que ya están en camino: Júcar y Segura. "Lamentablemente el Gobierno anterior no hizo nada", afirmó Cañete quien insistió en que esta labor está "entre los trabajos de Hércules porque les puedo garantizar que ha sido ciertamente complicado". Sobre todo, añadió, cuando hay "líos", porque hay que poner de acuerdo a varias comunidades sobre un bien escaso como es el agua.