La política de dispersión de los presos de ETA se remonta al año 1989. El socialista Enrique Múgica estaba al frente del Ministerio de Justicia y Antonio Asunción en Instituciones Penitenciarias. Este último justificó la medida, señalando que se les eliminaban privilegios al mezclarse con el resto de reclusos y así conseguir que renegaran de la violencia. España se dividió en dos ejes, siendo las cárceles del sur las que aglutinaban a los más peligrosos. Más de 700 internos llegó a haber en las cárceles si bien en la actualidad hay 197, de los que 18 están en alguna de las tres prisiones de Aragón o tienen concedido el traslado, pero todavía no se ha ejecutado. Anteriormente hubo casi 40 ingresados en Zuera, Daroca y Teruel hasta que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos anuló la doctrina Parot (permitía ejecutar la totalidad de las condenas al aplicar los beneficios penitenciarios individualmente y no sobre el máximo legal de 30 años de prisión ) y muchos quedaron en libertad,

El último movimiento ha sido el de Mikel Azurmendi Peñagaricano, alias Hankas. Fue trasladado ayer desde la cárcel valenciana de Picassent a Zuera, según hizo público la asociación de familiares de presos, Etxerat. Un cambio de centro anunciado por Interior la semana pasada que generó críticas entre buena parte de las víctimas del terrorismo, especialmente de uno de los hijos del matrimonio Jiménez Becerril, asesinados en enero de 1998. «Cómo me gustaría poder coger un autobús, una vez al mes, durante 12 horas para poder ir a ver a mis padres, pero no. Qué pena que a algunos les importen más los asesinos que dos paisanos inocentes», señaló el hijo del concejal popular y de la procuradora tiroteados mortalmente en Sevilla. Frente a ello están los colectivos de familiares que aplauden la medida y que reclaman que todos sean acercados a lo que denominan Euskal Herria, conformado por Navarra y País Vasco.

La cárcel de Zuera estaría a una distancia de 245 kilómetros frente a los 600 de Picassent en la que estaba Hankas. Junto a él está previsto que llegue su compañera del comando Andalucía, Maite Pedrosa. Estos se unen a otros doce presos de ETA, según los registros que maneja Etxerat y la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), puesto que se contabilizan también los que han renegado de la violencia.

Internos en la cárcel zaragozana están dos históricos de la banda Iñaki Bilbao Gaubeka, alias Txikito, y Francisco Mujika Garmendia, conocido como Pakito. Bilbao es considerado uno de los duros de ETA. Cumple condena por el asesinato del concejal del PSE Juan Priede y por amenazar a jueces y magistrados. A Baltasar Garzón le dijo que iba a acabar como Carrero Blanco. Llegó a estar en huelga de hambre en su anterior destino, la cárcel gaditana de Puerto III.

CASA CUARTEL

Pakito, uno de los más sanguinarios, fue condenado entre otros casos por el atentado de la casa cuartel de Zaragoza en el que murieron 11 personas, seis de ellas niños. Junto a ellos está Juan Luis Aguirre Lete, José Luis Barrios, Iñaki Garcés, Kepa Leguina, Igor Martinea, Andoni Murga, Kepa Arronategi, Jon López, Arkaitz Agote y José Ángel Lerín. En Daroca en estos momentos está Asier Bengoa, Faustino Marcos Álvarez y Unai López de Okariz, mientras que en Teruel está Asier Ormazabal Lizeaga,

Andalucía sigue estando a la cabeza de presos de ETA internos en sus cárceles. Hay en total 47, seguida de lejos por Castilla y León con 33, teniendo en cuenta el anuncio de los últimos cinco acercamientos realizado el pasado 19 de septiembre. Entre ellos Lierni Armendaritz, condenada por el asesinato de Ernest Lluch, que ayer hizo 20 años, y de los populares José Luis Ruiz Casado y Francisco Cano. Para la AVT detrás de todo está un pacto del Gobierno con EH Bildu por los presupuestos. González hizo 569, Aznar 426, Zapatero 237 y Rajoy 40. Sánchez lleva 63.