Cinco jóvenes de etnia gitana han sido condenados a mantenerse alejados durante dos años del dueño y del camarero del discobar Tizas, en Ejea, en el que protagonizaron un violento incidente en la noche de San Juan del año 2003. En la misma sentencia, la titular del Juzgado de lo Penal número 4 de Zaragoza impone penas que totalizan 9 años de cárcel para los acusados, 3 de ellos para José Julián Jiménez Carbonell y 1 año y 6 meses para Oscar Carbonell Jiménez, Gabriel Jiménez Carbonell, Juan Antonio Jiménez Muza y José Jiménez Nieto. La juez impone asimismo diez meses de días multa al primero de los acusados y 8 meses al resto.

Julián Jiménez Carbonell es declarado culpable de los delitos de atentado a la autoridad, amenazas, daños y resistencia, mientras que los otros acusados son condenados por un delito de atentado.

Según el texto de la sentencia, los cinco acusados tienen prohibido "aproximarse a sus víctimas, comunicarse con ellas en cualquier forma y acercarse al lugar donde residen o trabajan, en particular el bar Tizas".

La resolución judicial considera probado que los encausados agredieron al propietario del discobar, a un camarero y a dos policías locales que acudieron en su ayuda. Asimismo, se les considera responsables de los destrozos ocasionados en el local de hostelería y en el calabozo al que fueron conducidos tras su detención.

Los violentos hechos se produjeron cuando el dueño del discobar Tizas se negó a servir a los acusados, pertenecientes al clan ejeano de Los Cocotudos , alegando que se habían ido varias veces sin pagar. La Policía Local de la capital cincovillesa se vio obligada a actuar para contener a los agresores. En un momento dado, cuando los agresores arrebataron la porra de uno de los guardias, su compañero efectuó un disparo al aire para intimidar a los atacantes y poner fin a la pelea.

Trasladados a los calabozos del cuartel de la Policía Local, los detenidos siguieron oponiendo una viva resistencia.