La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Zaragoza condenó a un intermediario zaragozano del sector inmobiliario, José Luis S. R., a un año y medio de prisión y 1.800 de multa por haberse quedado 120.000 euros de una clienta en un trato en el que aseguró que él mismo había sido víctima de una estafa. Su esposa, defendida por el letrado José Cabrejas, ha sido absuelta. El hombre convenció a una clienta para vender su chalet a unos italianos por un millón y medio de euros, aunque para ello tenía que ir a Barcelona y llevar 120.000 euros en billetes pequeños, para comisiones.

Cuando llegaron a la ciudad condal el intermediario se llevó el dinero, y volvió diciendo que los italianos le habían dado el cambiazo y se habían llevado el efectivo arrancándole la mochila de las manos. Esta modalidad de estafa, conocida como Rip deal, se practicaba por entonces --el 2010-- con frecuencia, pero los magistrados la han considerado una excusa.