El jefe del servicio de Movilidad Urbana, Antonio Ramos, incidió también en que la implantación del tranvía supondrá una profunda remodelación del esquema urbano e implicará eliminar espacio para el vehículo privado, por lo que se requiere una decidida actuación política. "Si la ciudad no acepta un cambio sustancial en sus hábitos de movilidad privados, la solución subterránea sería imprescindible", dijo Ramos antes de recordar que ya ha conocido cuatro proyectos de tranvía en 22 años.

El gerente de Gestión de Infraestructuras de la Junta de Andalucía, Teófilo Serrano, subrayó que el debate político debe centrarse "en argumentos racionales y no emotivos", y que la ciudad debe estar "muy convencida". En este sentido, Serrano apuntó que las obras del tranvía supondrán un "periodo de perturbación" de tres o cuatro años por las afecciones que provocarán las obras en el tráfico.