La recuperación ambiental del Alto Gállego tras el desastre ecológico de los vertidos de lindano avanza muy poco a poco. Tras los diferentes proyectos de investigación europeos para tratar de limpiar los vertederos de Sardas y Bailín, que ya se están desarrollando, ahora sale a licitación la retirada de todos los residuos químicos del interior de Inquinosa. Un paso simbólico que deberá culminar dentro de dos años con el desmantelamiento completo de la planta química en la que se produjeron los pesticidas que emponzoñan todo el entorno

El departamento de Agricultura y Ganadería ya ha iniciado la adjudicación de un contrato para llevar a cabo todo este proceso por un importe de 930.940 euros en el que se contempla la limpieza de 510 toneladas de residuos contaminantes que están en barriles, sacos o directamente esparcidos por los suelos de las naves, junto al río Gállego. Según recuerdan desde el Gobierno de Aragón, a la hora de valorar lo complejo del proceso, Inquinosa produjo lindano entre los años 1975 y 1989 «dejando un pasivo ambiental de dos vertederos con residuos peligrosos y una ruina industrial».

La limpieza de las naves de vigas rojas comenzó en el 2008 y discurre paralela a un proceso judicial que deberá determinar quién se hace cargo de los costes. En aquella primera fase se trabajó en la eliminación de los residuos líquidos y sólidos que podían presentar un mayor riesgo. Y en el 2017 se introdujeron buena parte de los residuos en forma de polvo blanco que quedaban en las naves en contenedores de polietileno con tapa de 1,4 m³ y 600 litros.

La dirección general de Cambio Climático y Educación Ambiental destaca que mediante este nuevo contrato en licitación abordará la retirada de los últimos restos de lindano que hay en el interior de las naves y para dejar tan solo los muros y cubiertas de los edificios. Está previsto que estas actuaciones se desarrollen en varias fases a su vez.

En un primer lote, debido el alto contenido en residuos clorados será necesario reembasar en bidones de 60 litros más de 300 toneladas de despojos, para después paletizarlos y flejarlos. Estos provienen de sacas que había en el interior de una nave de producción de la planta, las cajas de los producto que se comercializaban en su día y el propio polvo de barredura de las instalaciones. Todo este material está previsto que se incinere en Francia.

Dentro de la factoría de Inquinosa se tratarán otras 191 toneladas de otro residuos peligrosos de menor riesgo, con tratamiento de incineración de 18 m³ de residuos líquidos, otro térmico para los residuos sólidos, tierras contaminadas y fangos de la limpieza de depósitos. También se incluyen 57 toneladas de contaminantes mediante su gestión en el vertedero de residuos peligrosos y otras 70 de restos que no entrañan peligro químico. El transporte se realizará mediante empresas especializadas con autorizaciones administrativas para este tipo de residuos.

El Gobierno de Aragón adelanta que debido a la gran cantidad de autorizaciones administrativas necesarias para este tipo de transporte y gestión de residuos, los trabajos se desarrollaran en los años 2021 y 2022. Un periodo largo, pero significativo. «Este vaciado supone un gran paso adelante en el aumento de la seguridad de las instalaciones asociadas a la antigua fabricación de lindano», indican

Los barrancos de Bailín y Sardas en Sabiñánigo, junto con la factoría de Inquinosa, son dos de las zonas más contaminadas de Europa. El culpable es el vertido de 140.000 toneladas de HCH, un isómero tóxico resultante de la fabricación del pesticida lindano. Su uso agrario está prohibido desde el 2004. El Gobierno de Aragón ya ha invertido más de 63 millones de euros en abordar el problema. Y lo que queda. Se calcula que hasta resolver el problema en el 2040 (según las previsiones más optimistas) será necesaria una inversión de 550 millones de euros. La fábrica comenzó a comercializar este pesticida en 1975, generando una fuerte contestación social . La planta desechó de forma descontrolada sus residuos entre 1975 y 1983 en el vertedero de Sardas y desde 1984 hasta 1992 en el Bailín. La empresa cerró en 1994 y desde entonces se intenta que sus responsables paguen por el daño causado, aunque sin éxito hasta el momento. Actualmente, no hay datos fiables sobre la producción de la química, pero se estima que se generaron alrededor de 7.000 toneladas de residuos sólidos al año y entre 300 y 500 toneladas de residuos líquidos que se han filtrado al subsuelo y al río Gállego.