La Policía Nacional detuvo ayer por la mañana a un vecino de Zaragoza por, supuestamente, vender la pistola empleada en el intento de homicidio del jefe de mantenimiento del hospital Royo Villanova de la capital aragonesa. El autor de dichos disparos que hirieron gravemente a la víctima en una emboscada en el garaje de su casa fue un exempleado al que despidió.

El nuevo imputado en la causa es un hombre sin antecedentes penales, S. G. G. y de origen español, a quien el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón trataba de identificar después de la declaración del hermano del principal encausado, A. P. G. Como adelantó en su día EL PERIÓDICO, este testigo señaló que el día de su cumpleaños le mostró una pistola y le explicó que «se la había comprado a un gitano». Junto al revólver, también le enseñó una caja de balas. En paralelo, A. P. G., le llegó a decir que no le importaba ir a la cárcel si se cargaba a alguien.

El supuesto vendedor de este arma de fuego fue puesto ayer por la tarde a disposición del Juzgado de Instrucción número 4 de Zaragoza, que estaba ayer en funciones de guardia. Tras negarse a declarar, asistido por su abogado defensor, José Cabrejas, fue puesto en libertad provisional. Según pudo saber este diario, los agentes habrían intervenido un mensaje entre el principal encausado y el ahora detenido en el que hablaban de la presunta arma empleada.

A. P. G. permanece en prisión provisional desde su arresto a mediados del pasado mes de abril. Fue diez días después de que Zaragoza amaneciera con un extraño tiroteo al jefe de Mantenimiento del Sector I del Servicio Aragonés de Salud. De esta forma la Policía resolvía el caso y daba con la causa del tiroteo, un intento de ajustar cuentas tras ser despedido.

Pero su venganza no quedó ahí, ya que los investigadores le imputan el sabotaje eléctrico de la planta covid-19, donde se encontraban enfermos graves que necesitaban respiradores enchufados a la luz para sobrevivir. Por suerte, no estuvieron mucho tiempo desprovistos de su única conexión a la vida puesto que los grupos electrógenos de emergencia se activaron en unos 30 segundos. No obstante, los sanitarios tuvieron que atender a los ingresados de forma urgente porque les faltaba el aire.

Una actuación que se realizó de forma tan rápida que el personal sanitario que estaba en la planta en ese momento no tuvo tiempo de ponerse los equipos de protección individual (EPI) necesarios, por lo que pudieron estar expuestos al virus.

Pero no es el único hecho delictivo que se le imputa a esta persona, sino que también fue denunciado los daños causados en el vehículo de la jefa de Servicio de Personal del Sector I del Servicio Aragonés de Salud, ocurrido el 30 de marzo. La tentativa de homicidio al jefe de mantenimiento del Salud se produjo el pasado 6 de abril.

En el momento del arresto iba a bordo de una furgoneta con una importante cantidad de material fitosanitario que hizo que los Tedax, los especialistas en explosivos de la Policía Nacional, revisaran los componentes por si el sospechoso tuviera en mente algún otro tipo de acción más grave.

En el registro de la vivienda de A. P. G. intervinieron numeroso material con el que el sospechoso tendría la intención y posibilidad de realizar bombas lapa. Este joven tiene antecedentes de ingresos en psiquiatría