Los conflictos sobre el arte sacro aragonés que permanece retenido en los museos catalanes se van resolviendo poco a poco. Tras la confirmación por parte del Tribunal Supremo de que las piezas del tesoro de Sijena tienen que seguir en el monasterio monegrino se acerca la fecha de ejecución provisional de las sentencias que ordenan la devolución de 111 obras de arte que pertenecían a las parroquias de la Franja y quedaron disgregadas en Lérida tras la creación de la diócesis de Barbastro-Monzón. La devolución debería producirse el 15 de febrero, pero el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, aseguró ayer que si por alguna circunstancia «no deseada» al final no fueran devueltos voluntariamente por parte de las administraciones catalanas «el Gobierno aragonés, que ya sabe cómo hacerlo, iría con sus medios a buscarlos y a traerlos de vuelta al lugar del que jamás debieron salir».

El dirigente socialista realizó estas declaraciones en el contexto de una serie de contactos entre el Gobierno de Aragón y el obispado de Barbastro para preparar lo que ambas partes consideran como el «inminente» retorno de las piezas a la comunidad. El dirigente eclesiástico, Ángel Pérez, se mostró más comprensivo con la situación, todavía en manos del juzgado que ha ordenado la ejecución provisional, pero tampoco descartó que se puedan producir problemas al afirmar que «hasta que el árbitro no pita el final del partido, todo es partido y el gol puede venir en cualquier momento».

Con la Guardia Civil

El precedente para analizar esta nueva fecha de entrega está en la vuelta de los bienes del tesoro de Sijena a finales del 2017. Tras un primer lote devuelto de forma voluntaria, siguiendo las instrucciones del juzgado en el mes de noviembre, las complicaciones llegaron con las piezas que tenían que salir del Museo Diocesano de Lérida. Debito a la negativa a entregarlas por parte de las administraciones catalanas, los técnicos del Gobierno de Aragón, escoltados por la Guardia Civil, tuvieron que acceder al recinto para cargar las obras reclamadas y así retornarlas . «La actuación de las instituciones catalanas en este asunto es una perfecta metáfora de su relación con la política, el Estado de derecho y el sentido común», destacó Lambán al asegurar que está «brillando por su ausencia».

Por el momento, teniendo en cuenta que corresponde al juzgado de Huesca definir los detalles de la devolución, se desconoce qué pasará cuando se cumpla la fecha límite. Desde el propio museo catalán ya se ha argumentado que no están teniendo tiempo suficiente para reordenar su colección y garantizar la conservación de las obras aragonesas, entre las que se encuentran piezas de importancia como la arqueta de Buira, la virgen de Zaidín o el frontal de San Hilari. Con todo, se confía en que las victorias judiciales de estas semanas permitan evitar enfrentamientos futuros. «Como pasa en todas las familias cuando hay desavenencias conviene que haya un árbitro para conocer quién tiene la razón», destacó ayer Pérez, el primer obispo que en 25 años ha optado por la vía civil en la reclamación de las piezas de la Franja.

Asesoramiento técnico

En cualquier caso, Lambán confirmó que la colaboración entre el obispado y el Ejecutivo se mantendrá una vez que se produzca el retorno de las piezas en litigio. De este modo garantizó que el Gobierno aragonés prestará su asesoramiento técnico para su instalación en el Museo Diocesano de Barbastro y la restauración de las piezas que lo requieran. El espacio está en la actualidad «perfectamente preparado para recibir y preservar todas las obras con las garantías técnicas debidas», señaló el obispo aragonés.