El nuevo protocolo del Gobierno de Aragón para evaluar la edad real de los supuestos menores extranjeros no acompañados (menas) se ha estrenado oficialmente esta semana, dando pruebas de que había razones para implantarlo: ninguno de los cuatro jóvenes que se han sometido a las pruebas era realmente menor, y en uno de los casos el joven en cuestión tenía 23 años.

Las primeras pruebas con este nuevo sistema se realizaron el pasado miércoles, en las instalaciones del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA), que es la sede de esta unidad de valoración. Fueron tres jóvenes los que se sometieron al análisis médico, que incluye pruebas dentales, óseas y otros análisis, que demostraron que no eran tales menores. Tampoco un cuarto que fue sometido al protocolo, como prueba piloto, la semana anterior a su puesta en marcha oficial.

Según explicó la directora general de Justicia del Gobierno de Aragón, María Ángeles Júlvez, el Ejecutivo sentía la «obligación moral» de evitar todos los problemas que puedan derivarse de tener adultos conviviendo con menores, haciéndose pasar por tales, en los centros de acogida. Además del hecho de que su presencia detrae recursos destinados a los verdaderos menas, que por su condición de menores y su soledad requieren especial protección de la Administración.

El aumento considerable de peticiones de determinación de la edad de los menas, por parte de la Fiscalía de Menores (que es quien sigue teniendo la iniciativa para solicitarlas), impulsó la creación de esta unidad, aunque hace más de 12 años que se pedía.

PIONERA / Esta es pionera en España, y permite agilizar considerablemente el tiempo de espera para determinar la edad, además de alcanzar una gran precisión en la datación. Casi todas las pruebas se realizan en la propia sede del IMLA del barrio zaragozano de San Gregorio, aunque en los casos más dudosos se tendrá que recurrir a un TAC en el hospital Royo Villanova.

El Gobierno de Aragón tutela actualmente alrededor de 200 menas, según fuentes del Ejecutivo autonómico, aunque la cifra varía frecuentemente por la llegada de nuevos, la mayoría de edad o el traslado a otros sitios.

El problema para la Administración está siendo no solo el aumento de su llegada, que en Aragón no está siendo tan acusado como en otras partes del país (aunque sí más que en otras, ya que el reparto no es muy equitativo), sino que lo hacen sin ninguna documentación o siendo esta dudosa, lo que explica el aumento de estas pruebas. En la comunidad se llegó a determinar que un ciudadano de Ghana que decía ser menor tenía en realidad 31 años, siendo el ejemplo más extremo del que se ha tenido noticia hasta ahora.