Reducir el elevado número de accidentes que se producen todos los años en la montaña es el principal objetivo que se marca el observatorio que el próximo mes pondrá en marcha el Gobierno de Aragón. Así, este organismo asesor, pionero en España, nace con la misión de impulsar políticas de seguridad para las prácticas deportivas de riesgo al aire libre y de frenar de forma radical el goteo de muertes que se acumula año tras año.

Pero para eso será necesario tiempo y definir con precisión el marco de acción. En un primer momento su función será la de «analizar y valorar la casuística» de los accidentes en montañas, cuevas, barrancos y simas y establecer «pautas y estrategias» que sean el germen de un futuro plan autonómico de prevención. En todo caso, la situación es cada vez más urgente debido al aumento del turismo y a la llegada cada vez mayor de visitantes extranjeros. Este órgano estará presidido por la directora general de Justicia e Interior de la DGA, María Ángeles Júlvez, y el máximo responsable de la Federación Aragonesa de Montañismo, Luis Masgrau, y dará cabida a todas las entidades y organizaciones relacionadas con la práctica de estas actividades. Su estructura ya cuenta con los informes favorables de la comisión de Protección Civil y de los servicios jurídicos de la comunidad.

colaboración / La colaboración entre organismos será una de sus características principales. Entre otras, el observatorio integrará a responsables de organismos autónomos relacionados con la protección civil, así como al servicio de montaña de la Guardia Civil, Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), federaciones deportivas, entidades locales de zonas de montaña y empresas de aventura. «Existe voluntad política a la hora de abordar el problema, ahora lo necesario es que se garantice una correcta dotación económica», afirmó Masgrau.

Las funciones establecidas en el decreto contemplan la recogida y análisis de los datos de los accidentes relacionados con las actividades de montaña, y el estudio «en profundidad» de los referidos a actividades concretas como el montañismo, la escalada, el esquí, el barranquismo o la espeleología. «Estamos ante una reivindicación histórica de los colectivos», indicó Masgrau. Por el momento no se descarta que se pueda sumar también la Universidad de Zaragoza.

También se prevé realizar estudios y participar en proyectos europeos sobre la seguridad en este tipo de actividades. Entre los retos que deberá afrontar el organismo está el de traspasar las fronteras aragonesas en las campañas de prevención. Los datos establecen que el 80% de las personas que necesitan ser rescatadas en las cumbres es de fuera de Aragón. «En muchos casos la gente no tiene en cuenta la peligrosidad de la montaña y no toman las precauciones suficientes», reconoció Masgrau.

Por estas razones, el observatorio trabajará también en el impulso de jornadas, seminarios y congresos divulgativos con la campaña Montaña segura como «principal herramienta» de sensibilización en materia de prevención, según indicaron desde la DGA.

Un buen ejemplo de este tipo de iniciativas es el proyecto EntrePyr que a través de una web en diferentes idiomas presenta, casi en tiempo real, el estado de varias rutas de alta montaña en el Pirineo central, tanto en la vertiente aragonesa como en la francesa.

con retraso / Desde la federación aragonesa celebran este avance en la prevención, aunque lamentan que se haya ido retrasando por diferentes factores. Consideran el observatorio una herramienta fundamental para el desarrollo de políticas útiles, igual que sucede con los accidentes de tráfico o los laborales. «Tenemos que llegar a todos los públicos», asumen.