Una esteticista ha sido condenada por un juzgado de Zaragoza a indemnizar con 6.807 euros a una clienta por las lesiones "por imprudencia", secuelas y gastos, causadas en un tratamiento con depilación láser.

En su fallo, el juzgado de instrucción número 8 de Zaragoza condena a la acusada, además de a satisfacer dicha indemnización, a la pena de diez días de multa, con una cuota diaria de seis euros, que en caso de impago conlleva un día de privación de libertad por cada dos cuotas no satisfechas.

Según la sentencia, facilitada a Efe por la asociación El Defensor del Paciente, las lesiones se produjeron por una falta de diligencia por parte de la denunciada, quien no realizó prueba alguna sobre la sensibilidad de la piel de la denunciante antes de iniciar el tratamiento de depilación.

Pero reconoce que es cierto que la denunciada manifestó que "no lo hizo porque la denunciante le manifestó que no tomaba medicación".

Sin embargo, y dado que en la historia clínica aportada aparece que en la tercera sesión se utilizó un aparato distinto al de las dos primeras, el fallo emitido tras un juicio de faltas señala que "la denunciada actuó de manera imprudente al no examinar la piel de la paciente a los efectos de adecuar la potencia del láser al tipo de piel".

Es decir, "debió medir el grado de pigmentación de la piel para poder elegir, adecuadamente, la intensidad del láser".

La defensa del caso ha sido tramitada por el abogado Ricardo Agóiz, de los servicios jurídicos en Aragón de El Defensor del Paciente, cuya presidenta, Carmen Flores, ha informado en un comunicado que las lesiones causadas durante el tratamiento le produjeron a la denunciante quemaduras de primer y segundo grado.

Flores ha agregado que esta condena se ha emitido siguiendo la línea de jurisprudencia marcada por el juzgado de instrucción número 5 de la capital aragonesa dictada el 26 de octubre de 2009 y de la Audiencia Provincial de Zaragoza del 25 de enero de 2010.

En su opinión, y "ante la falta de normativa al respecto", son los tribunales quienes están estableciendo cómo deben ser realizados los tratamientos de depilación láser, creando como norma fundamental la necesidad de realizar una prueba de piel o test de piel en cada sesión de depilación láser.

Actualmente, ha subrayado, los centros de depilación láser sólo realizan la prueba de piel en la primera sesión, que son practicadas por estéticos que han realizado un curso sin la especialidad de dermatología.

Un hecho que, unido a la falta de inspección y control de los centros donde se realizan estos tratamientos, está motivando denuncias de quemaduras por la no realización de test o pruebas que debieran ser obligatorias de piel, a pesar de que los tribunales establecen constantemente que tal prueba debe ser realizada en cada sesión pues la piel es distinta en cada sesión.

En este caso concreto, ante las quemaduras producidas la clienta se quejó a la esteticista, quien le manifestó que era normal y continuó el tratamiento, ha informado Flores.

Las secuelas de la clienta son marcas en la piel para siempre y no podrá exponerse al sol en todo un año, ha agregado.