Nuevo curso, nuevas instalaciones y para unos cuantos pequeños que comienzan su etapa escolar nuevo todo. Ayer fue un día de estreno en el colegio Soledad Puértolas, también conocido como Valdespartera IV. Sus alumnos, que hasta ahora habían estado reubicados en el Recarte y Ornat, ya pudieron conocer el espacio en el que estudiarán los próximos años. Y lo hicieron con ganas e ilusión.

El tranvía fue el medio de transporte que eligieron muchos de ellos para llegar a su colegio a estrenar y, desde varias paradas previas, el convoy ya se animó por la expectación de niños y padres. «Cruzamos la calle y ya tenemos cole», decía con ilusión una madre a su hijo nada más bajarse.

Eran minutos antes de las 9.00 horas y los alumnos ya aguardaban impacientes a entrar en un edificio caracterizado con los colores amarillo y azul. Fue día de reencuentros para muchos, que jugaban y se alegraban de volver a verse, y también lo fue de expectación y novedad absoluta para otros, que iniciaban su vida estudiantil. No faltó algún que otro llanto y, por supuesto, los nervios propios de un primer día de clase. La bocina en el Soledad Puértolas sonó puntual y el barrio de Valdespartera dio la bienvenida física a su cuarto colegio mientras el quinto ya está en camino.

Igualmente, en el centro Parque Venecia, en Zaragoza, la emoción y el regreso con los amigos se entremezclaron con las lágrimas de algún menor que se negaba a decir adiós a las vacaciones. También hubo quien no podía contener sus ganas. «Estoy nerviosísima», le decía una niña a un compañero segundos antes de cruzar la puerta.

En este centro, donde se estrenaba el nuevo edificio de Primaria, el regreso también fue muy verde. Nada de dobles filas de coches ni atasco en la rotonda que da acceso al parque comercial de Puerto Venecia porque muchos alumnos llegaron en patinete, como si todavía fuera verano, y otros tantos lo hicieron bicicleta junto a sus padres. De hecho, la instalación cuenta con un aparcabicis que a las 9.00 horas ya estaba muy concurrido. Además de los alumnos del propio centro, el Parque Venecia alberga este año cuatro aulas puente para acoger a los estudiantes del futuro centro María Zambrano (Parque Venecia II).

Entre unos y otros, el patio del recreo se convirtió en un hervidero de gente entre los que hubo un espectador para muchos inesperado: el presidente Javier Lambán. Algunos padres no dudaron en acercarse a saludarle, mientras que otros estrecharon la mano (y dieron la enhorabuena) al nuevo consejero de Educación, Felipe Faci, quien en la última legislatura, como secretario general técnico, mantuvo varias reuniones con las familias para abordar el tema de la falta de plazas en el barrio. Nunca faltó entonces la polémica, pero tampoco la cordialidad y cercanía, algo que se percibió ayer cuando muchos padres se acercaron a Faci.

Contentos todos y con los objetivos cumplidos, en Parque Venecia solo esperan que las obras del centro continúen y se cumpla el compromiso de edificar pronto el segundo colegio.