"Yo soy inocente y sé quién fue, pero no lo voy a decir porque temo por mi propia vida", aseguró ayer Tomasz M. H., acusado de haber propinado un puñetazo y varias patadas, a la postre mortales, a un compatriota polaco en Zuera, el 24 de marzo del 2012. Un jurado tendrá que decidir, basándose en lo expuesto entre ayer y hoy en la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Zaragoza, si es inocente, como sostiene su letrado, Javier Osés, o si fue realmente él el autor de la agresión. Fiscalía pide inicialmente que pase 12 años en prisión y pague 100.000 euros de indemnización a los padres de la víctima, representados por María Luisa Tarodo.

El acusado admitió, a preguntas de la Fiscalía, que le llamaban Tomasín, que fue el nombre que le dio la víctima, también llamada Tomasz, a uno de sus compañeros de piso como responsable de su agresión. Este no compareció, al estar en paradero desconocido. El que sí lo hizo, que llegó preso, aseguró que ambos eran "muy amigos" y que cuando encontraron a la víctima tirada en el suelo del baño, pensaron que estaba borracho. En realidad tenía una hemorragia cerebral que, según los forenses, le costó la vida dos días después, en el hospital Royo Villanova.

La Fiscalía cuenta con un testigo protegido, que en principio declara hoy. Aseguró que vio cómo el acusado se acercó a la víctima, le dio un puñetazo que le tiró al suelo --oyó un crac-- y varias patadas, antes de escupirle y decirle "la próxima, te mato".

El acusado aseguró que cuando confesó ante la Guardia Civil fue obligado, algo que el magistrado presidente no le consintió. No supo explicar las erosiones de sus nudillos, porque iba "siempre borracho"".

La víctima recibió una paliza de cuatro compatriotas dos días antes de esta supuesta agresión, pero los forenses descartaron, por las horas transcurridas, que esta fuera la causa del fallecimiento.