La Guardia Civil intervino el pasado domingo dos toneladas de peces capturados en el embalse de Mequinenza, que presumiblemente iban a ser exportados a Rumanía para su posterior venta y consumo humano.

Los hechos ocurrieron la tarde del pasado domingo, cuando una patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de Caspe, en labores de prevención de la pesca furtiva, observó a tres personas pescando en el paraje La Portillada, en el término municipal de Sástago, quienes, al percatarse de la presencia policial, se dieron a la fuga.

Según informó ayer el instituto armado, los pescadores huyeron a toda velocidad en una furgoneta que tenían estacionada en las inmediaciones del paraje pero fueron finalmente interceptados por los agentes a los pocos minutos para su posterior identificación.

Al proceder a comprobar sus identidades, los agentes observaron una actitud nerviosa y voz titubeante por parte de los ocupantes del vehículo, por lo que solicitaron al conductor la apertura del portón trasero de la furgoneta, en la que descubrieron artes y medios de pesca ilegales, anclas, además de gran cantidad de pescado.

DESTINO A RUMANÍA Al preguntarles sobre el destino de dicha mercancía, manifestaron que la acababan de pescar en el embalse de Mequinenza y que se dirigían a Benicarló (Castellón) para su posterior venta para el consumo humano y exportación a Rumanía.

Por todo lo anterior, los agentes decidieron el traslado de la furgoneta y los ocupantes al puesto de la Guardia Civil de Caspe donde, con el apoyo de agentes del Seprona, se procedió al pesaje de la carga.

La mercancía confiscada, que tenía un peso total de 2.000 kilos, consistía en 200 carpas, 45 lucios-perca, un siluro y unos 1.500 metros de red de trasmallo de corchetes sin gallos de señalización, un método de pesca que está prohibido por la normativa.

Los agentes presentaron denuncias por infracción a la Ley de Pesca de Aragón al realizar pescas masivas, utilización de artes y medios prohibidos así como no restituir inmediatamente las piezas capturadas. El material intervenido fue puesto a disposición de la Diputación General de Aragón que determinó la destrucción de todas las piezas capturadas.

Precisamente, el Gobierno de Aragón se está planteando modificar la Ley de Pesca para poder convertir el embalse de Mequinenza en un coto deportivo.