"Todas la parejas jóvenes que cogemos el coche y nos vamos a comprar al Ikea más cercano, en Madrid o en Barcelona, lo tendremos más fácil cuando se instale aquí. Está claro que hay un dinero que se va fuera y recuperarlo para Zaragoza será positivo". Ricardo Mur ronda la treintena, está casado, tiene un bebé de meses y es concejal del PP en la capital aragonesa. Su partido ha apoyado desde el principio la creación del parque de ocio y tiendas Puerto Venecia en Torrero y su locomotora económica, Ikea, pero además del respaldo político, tiene claro el personal.

¿Qué ciudadano entre los 20 y los 40 en trance de poner piso no tiene en casa una lámpara, una alfombra, un mueble de ordenador o un vaso barato y de diseño firmado por el gigante sueco del mueble a buen precio? Los responsables de la multinacional están empeñados en que los zaragozanos que nunca han entrado en su tienda lo hagan, como tarde, a partir del 2006.

El proyecto para abrir un Ikea en Zaragoza, que ahora parece desbloqueado, data de diciembre del 2000. Entonces no se mentaba su nombre, pero en el proyecto que Ian Sandford, de la empresa Retail Parks, presentó a las instituciones zaragozanas ya guardaba en la recámara la fórmula comercial de más éxito en el sector del mueble y el hogar en las últimas décadas.

Puerto Venecia, la propuesta de Sandford, era un parque temático dedicado al ocio y las compras en familia, que tendría amplias zonas verdes, un lago artificial, zonas de copas, cines, un outlet para adquirir artículos de marca a precio de saldo y comercios relacionados, por ejemplo, con el automóvil. No incluía hipermercados, pero sí un almacén de Ikea capaz de hacer cuadrar las cifras de cualquier plan urbanístico de ese estilo.

Los problemas fueron muchos, comenzando por la moratoria del Gobierno autónomo que prohíbe la instalación de grandes superficies comerciales hasta mayo del 2005, y siguiendo por la oposición del pequeños comercio, perjudicado por la avalancha de híper y grande centros de venta en Zaragoza.

Con un sistema de negociación tenaz y paciente, Puerto Venecia consiguió la unanimidad política para su proyecto y consiguió apoyos difíciles, com los de las asociaciones de vecinos. La moratoria, que parecía inamovible y amenazaba con prolongarse durante cuatro años, fue perdiendo desde hace meses la coalición PSOE-PAR reconoce públicamente que se va a levantar.

En esta situación de avance lento, pero seguro, el caramelo de atracción económica que representa Ikea tentó a otras administraciones y los responsables de la Plataforma Logística, promovida por la DGA, decidieron probar suerte y ofrecer a los suecos un lugar en los 190.000 metros cuadrados de suelo comercial que la sociedad ha sacado a concurso.

Puerto Venecia se vio sorprendida por la jugada y el Ayuntamiento de Zaragoza se vio obligado a salir en defensa del proyecto original, que según los últimos estudios realizados empujará el desarrollo del barrio de Torrero.

El rifirrafe, que nunca se hizo oficial, ha hecho chirriar todavía más las poco fluidas relaciones entre el consistorio PSOE-CHA y el Gobierno autónomo PSOE-PAR. Pero al final, gana la idea original. Ikea está a punto de firmar la compra de terreno para su futuro almacén en Puerto Venecia, y la consejería de Industria de la DGA, en manos del PAR, le garantiza que la moratoria se levantará.

En el sur de Torrero ya hace meses que comenzó el movimiento de tierras para el nuevo parque de ocio y tiendas, y en las despachos empiezan a moverse también con cierto ritmo los papeles de la firma de mueble joven, barato y de diseño que más vende en Europa. En el 2006, los zaragozanos tendrán un Ikea a tiro de piedra.