Rodrigo Lanza cumplirá el próximo domingo un mes en la cárcel de Zuera por, supuestamente, matar de una brutal paliza a Víctor Láinez con quien se habría enfrentado por lucir unos tirantes con la bandera de España. Desde su celda en aislamiento (por razones de seguridad, según Instituciones Penitenciarias), ha escrito una carta que su madre, Mariana Huidobro, ha hecho pública. En ella insiste en su inocencia y en que está siendo víctima del Estado. En ningún momento de su carta pide perdón a la familia del fallecido. Se limita a calificar de «trágico desenlace» lo sucedido el pasado 8 de diciembre en el interior del bar El Tocadiscos de Zaragoza.

La misiva comienza señalando que «otra vez» se encuentra en «las mazmorras del Estado, el estómago de la bestia». Recalca que aunque está aislado, no se siente solo porque «los valores (antifascistas) son mucho más fuertes que estos barrotes que tengo delante, que nuestro amor por la libertad es mil veces más digno que su odio y que no hay pared que logre separarnos de los nuestros».

Lanza defiende sus creencias que se basan en la «autodefensa antifascista, que es la lucha más legítima que hay». «Un Estado que promueve el fascismo, el racismo, la homofobia y un largo etcétera atacará despiadadamente a quien se defienda».

Sobre lo ocurrido con Víctor Láinez (al que no menciona por su nombre), el antisistema reitera que fue «insultado racistamente» y que fue «atacado por la espalda por un hombre con un cuchillo en la mano y tras un trágico desenlance la maquinaria se pone en marcha, el Estado se hace fuerte y sabe que una mentira contada mil veces se convierta en verdad, al menos la que la mayoría necesitan».

Rodrigo Lanza califica de «excusa ridícula» que el ataque se produjera porque Láinez luciera unos tirantes con los colores patrios y que «ni siquiera aparecen en la investigación policial». Una cuestión, esta última, que es radicalmente diferente. También apunta a que el cuchillo «desaparece» al igual que «intentan ocultar vinculaciones fascistas y racistas».

SU FAMILIA / Paralelamente, su familia y amigos emitieron ayer un comunicado en relación a la declaración de los cinco jóvenes y el dueño del bar que presenciaron el ataque. Trató de aminorar su declaración señalando que «estaban en el fondo del establecimiento, en una mesa aparte». «Faltan por hacerlo las tres personas que estuvieron con Rodrigo, como la Policía y las personas de la ambulancia», apuntaron.

Recalcó su desconcierto porque «la navaja vista por otro testigo y escuchada por otra (ambos amigos de Rodrigo Lanza) y que sería motivo de defensa no apareza». «Estamos acostumbrados a que las pruebas desaparezcan», apostillaron.

En su comunicado también arremeten contra la prensa «que han condenado a alguien con malintencionadas y falsas informaciones».