El alcalde de Panticosa, Ricardo Belío, mostró ayer su malestar por el hecho de que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) haya destinado 380.000 euros a la reconstrucción de una pasarela sobre el Gállego en Sabiñánigo, dentro de la denominada Ruta del Pastor.

"Esos fondos proceden del salto hidroeléctrico de El Pueyo de Jaca y pensamos que tendrían que ser los pueblos donde se construyen esas infraestructuras los primeros en beneficiarse de sus rendimientos", subrayó Belío, que no obstante elogió la política de Xavier de Pedro, presidente de la CHE, para dar respuesta a las reivindicaciones históricas de las localidades con centrales eléctricas mediante los planes de restitución.

"No estoy en contra del reparto de los beneficios, pero pienso que debería aplicarse un criterio más justo, sobre todo en el valle de Tena, donde la construcción de embalses ha supuesto la desaparición de varios pueblos", añadió el alcalde.

La intervención del alcalde de Panticosa se produce pocos días después de que la asociación de pueblos pirenaicos, Adelpa, emitiera un comunicado en el que reclamaba la prioridad de los valles oscenses en el reparto de los beneficios derivados de la explotación de las instalaciones eléctricas construidas estas últimas décadas en los ríos que nacen en la cordillera.

PERJUDICADOS

Adelpa hizo saber que los principales perjudicados por la construcción de embalses y centrales eléctricas eran los municipios donde se llevaron a cabo estas infraestructuras, que entrañaron la inundación de tierras y la pérdida de población, cuando no su completa desaparición, como el caso de Saqués, Polituara y Búbal.

Por otro lado, Ricardo Laguna señaló que El Pueyo de Jaca y Panticosa se encuentra preparando con la Confederación Hidrográfica del Ebro un convenio por el que ambas entidades se beneficiarán de descuentos en la factura eléctrica.

Belío se refirió a la necesidad de que el plan de restitución territorial se prolongue en el futuro, por constituir una fórmula para restablecer el equilibrio tras los efectos negativos que determinadas infraestructuras hidroeléctricas generan en las poblaciones que las soportan.