Profesor de yoga

El verano puede ser un excelente momento para reflexionar sobre nosotros mismos. El yoga facilita esta tarea. Nuestro invitado es profesor y conferenciante (976427958), y nos orienta sobre una práctica muy difundida pero todavía desconocida.

--¿El verano puede ser una buena época para iniciarse en el yoga?

--Sí, sí, sin ninguna duda. Las tensiones por norma, las personas nos las imaginamos. Y son el resultado de lo que nosotros le pedimos a la vida y la vida nos da, que por norma no suele coincidir.

--¿El yoga enseña a reflexionar?

--Puede enseñar, pero como todo exige una aprendizaje. Es paulatino, y apenas en dos tres meses empezará a tener algún control sobre los mecanismos mentales y emocionales.

--En verano, mucha gente dispone de más tiempo libre y eso a veces es un inconveniente, por falta de práctica.

Se puede dar alguna idea de iniciación. Hay que hablarse consigo mismo y aprender a disfrutar de lo que tiene, sentir lo que percibe; uno no puede quedarse frío ante un atardecer hermoso. Esos mecanismo que afectan a los sentimientos tienen que ver con la estructura mental. Es imprescindible estar algunos momentos a solas para autoconocerse, aunque es cierto que al principio da miedo, por falta de hábito.

--¿Hay plazos?

--Van en función de la dedicación, pero pueden verse dos: en el primero yo aconsejaría que simplemente se vean las cosas sin enjuiciarlas, tanto emociones como pensamientos. Más tarde puede aparecer la modificación de las ideas.

--¿Se puede practicar yoga sin saberlo?

--La finalidad del yoga es buscar la felicidad de las personas. Mira, una dificultad lo es cuando hunde a la persona, si es un estímulo facilita su evolución. Esa gente o ha gozado de una educación equilibrada o han sido personas que se han enfrentado a problemas y han desarrollado inconscientemente actitudes positivas.

--¿El yoga enseña entonces a conocer nuestras debilidades y fortalezas?

--Claro, es uno de los elementos centrales. El yoga enseña a saber cómo se forma el inconsciente, a relajarse ante las emociones positivas y negativas, a disfrutarlas e incluso si lo desea a modificarlas.

--¿Hay que dedicarle mucho tiempo?

--Lo correcto es que se le dedique en torno a 15 minutos al día; y luego no tiene límite en el futuro, va a gusto del consumidor.

--¿Cómo se hizo usted profesor?

--La lectura de Kipling me acercó hacia esta práctica y ya fui con Manuel Morata, con él estuvo cuatro años trabajando y se me dio la calificación a través de AEPY.