Juan José Longares, testigo presencial de los hechos, confirmó ayer a este diario la versión de la familia de Angel Julián Lafuente, al señalar que la víctima estuvo "cincuenta minutos en la sala de espera de Urgencias sin que los médicos le atendieran". El téstigo señaló, que se encontraba en la sala de espera a las 14.10 cuando llegó Angel Julián Lafuente en "un estado lamentable". "Todos los que estábamos nos dimos cuenta que él estaba muy grave y que empeoraba por momentos, pero ningún médico salió para reconocerlo". Según indicó Longares, precisamente le pidieron a él que saliera del box de urgencias donde estaba por una "simple tendinitis" --porque habían entrado por orden de llegada-- para atender a la víctima ante los gritos y la insistencia de su madre.

Por su parte, el Salud emitió también ayer un comunicado --tres días después que se diera a conocer el caso--, donde se asegura que el paciente llegó al Servicio de Urgencias por sus propios medios, "sin que se hiciera una mención expresa a la gravedad del caso", y que los servicios médicos sólo tardaron 10 minutos en atenderlo. El comunicado del Salud indica que a las 14.35 se trasladó al paciente en silla de ruedas a un box de Urgencias para practicarle una exploración y ponerle una vía venosa periférica. Una hora después, a las 15.40 el paciente fue trasladado a la UCI, donde sufrió una parada cardiorepiratoria, de la que ya no pudo salir pese a la reanimación cardiopulmonar. Después se comunicó a la familia del joven la necesidad de hacer la autopsia al cadáver.