En los últimos meses una pareja se dedica a atracar a los visitantes del cementerio de Torrero, según varias fuentes. Siempre actúan igual: una joven se coloca junto a las mujeres que adecentan los nichos y simula hacer lo mismo en otro. Si ve que lleva objetos de valor, su compañero la desvalija a punta de navaja y huyen en una moto.

El complejo fúnebre es habitualmente escenario de otro tipo de robo: muchas flores frescas desaparecen apenas a las dos horas de ser colocadas en las tumbas para ser revendidas.