No habrá subida de impuestos en Zaragoza. Así lo aseguró ayer el alcalde, Jorge Azcón, que aseveró que tampoco habrá recortes en el gasto presupuestario a pesar del delicado estado en el que se encuentran las arcas municipales, con un agujero económico de 103 millones. «No habrá recortes, ni menos servicios públicos, ni se optará por subir los impuestos como hace la izquierda, pero se tendrán que tomar medidas presupuestarias reasignando partidas para una mejor gestión», explicó el primer edil. Un día después de conocerse la auditoría del interventor municipal, insistió en que los datos son objetivos y que no está hecha de parte ni a medida de la coalición PP-Cs, que tiene por delante la dura tarea de elaborar unos presupuestos para el 2020 que estarán «condicionados» por la deuda municipal, confesó.

Según el alcalde, la inversión podrá verse afectada aunque, matizó, para evitar recortes que afecten al futuro de la ciudad buscarán y explorarán otras líneas de gestión y financiación que pasarán por firmar convenios de colaboración. El alcalde aseguró que, aún teniendo la losa de los 863 millones de deuda, el Gobierno PP-Cs será capaz de «solucionar la situación económica creada por los gobiernos de la izquierda». Para ello, ya se han puesto a trabajar solicitando al Fondo de Impulso Económico un préstamo de 37 millones para pagar sentencias condenatarias, resaltó.

Aunque su auditoría lleva el mismo camino de diluir su impacto inicial en poco tiempo, tal y como pasó al Gobierno de ZeC en el 2015, cuando denunciaba 55 millones de infradotación en los servicios y más de 120 en sentencias condenatorias y pendientes de producirse. Entonces, tras el efecto inicial, se le exigió medidas concretas para paliar ese agujero, exactamente lo mismo que ayer los partidos de izquierda le reclamaron a la responsable de Hacienda, María Navarro. Solo un día después de anunciar ese agujero de 103 millones de euros que, para ellos, era la «excusa» para aplicar recortes en el gasto del próximo presupuesto o subir impuestos en las ordenanzas fiscales, aunque ella no dio pistas de ninguno de ellos argumentando que no pueden exigir medidas en un solo día después de haber dejado un «agujero» de 103 millones tras 16 años de gestión. «Es alucinante», llegó a reprocharles a los tres partidos.

El debate, del que se abstuvo de opinar Vox -»porque es una discusión entre ustedes», dijo su portavoz, Julio Calvo-, giró en torno a que PSOE, ZeC y Podemos-Equo consideran que los datos anunciados en la auditoría «eran ya conocidos». Así que su silencio, para el socialista Horacio Royo, solo augura un «estacazo fiscal» a los ciudadanos y la estrategia de «constuir un relato para dejar de gastar» y generar un superávit que les convierta «en salvadores de la ciudad». «Si no saben cómo obtener 100 millones de ingresos más ni de dónde sacar 100 millones de gasto, directamente es que esos 100 millones de su auditoría son una mentira», le recriminó Alberto Cubero, de ZeC, quien le recordó que «si hubiera aprobado un presupuesto para este año le podía haber restado ya 24 millones a esa auditoría».

Ambos, al igual que Fernando Rivarés, portavoz de Podemos-Equo, le recordaron a Navarro que el reloj sigue avanzando y que hay que aprobarlo antes del 31 de diciembre. Y si no lo logra será por su «incompetencia». El concejal podemista siguió ejerciendo de la gestión pasada, como anterior responsable de Economía, y le pidió a la conservadora que «deje de lloriquear y póngase a trabajar». Al menos Azcón ya tiene más claro que los impuestos no subirán.