El Belén de la plaza del Pilar de Zaragoza, que este año tiene una extensión de 2.000 metros cuadrados, abrió ayer sus puertas y permanecerá abierto al público hasta el 9 de enero. La principal novedad es una noria en continuo movimiento. Junto a esta recreación a tamaño natural de las escenas navideñas típicas, se colocará un plano de situación para que el público sepa el lugar exacto de los diversos pasajes, según un comunicado del Ayuntamiento de Zaragoza.

A pesar de que el portal, con las imágenes del Niño Jesús, la Virgen María y San José, suele ser siempre el centro de atención, existen otras muchas recreaciones que sorprenden al público que recorre el itinerario marcado para la visita.

El Palacio de Herodes, el zoco de mercaderes, el anuncio a los pastores, los oficios y las construcciones tradicionales son otros de los puntos en los que se ha trabajado para dotarlos de gran realismo y que, año tras año, llaman más la atención de los miles de zaragozanos que se acercan a la plaza del Pilar.

Durante la Navidad del 2003, más de 300.000 personas se acercaron a contemplar este Belén, que además de deleitar a los zaragozanos se ha convertido ya en una referencia para los especialistas en la materia de otras comunidades autónomas.

Todas las figuras que aparecen en el Belén son retocadas y pintadas todos los años, ya que al estar durante todo un mes a la intemperie sufren pequeños desperfectos que deben ser restaurados para que luzcan con toda su belleza en cada nueva edición.

El cuidado de las imágenes es todavía más esmerado desde hace cuatro años, fecha en la que el tradicional Nacimiento de la plaza del Pilar pasó a convertirse en un Belén de gran formato por el que pueden moverse las personas que se acercan a visitarlo.