El peatón tiene un papel importante en el nuevo Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) de Zaragoza, en volumen de inversión y en retos a cumplir en los próximos ocho años. A la espera de que los grupos municipales determinen si es suficiente o faltan más medidas, el desafío que se marcan los técnicos de Movilidad para la ciudad del futuro contempla la inversión de más de 13 millones de euros en aceras e infraestructura viaria. De forma específica y con retos tan concretos como acabar en el 2027 con todos los bordillos pendientes de rebajar, se aproxima a uno de los ejes centrales de este plan, que es aumentar el espacio para el viandante a costa del vehículo privado, reduciendo los niveles de contaminación globales y aumentando la calidad de vida en los desplazamientos cotidianos.

Por ello una de las estrategias de este PMUS, de los 14 ejes en los que se estructura, se dedica solo al peatón y a las actuaciones a realizar en los próximos ocho años. Con la idea de que en el 2027 más del 50% de los desplazamientos diarios que se hacen en Zaragoza sean a pie. En los últimos diez años se ha apreciado un descenso del peso que estos tienen en el global hasta representar poco más del 45%. Esto se traduce en 794.060 viajes diarios, de los que la mayoría, 436.733, se hacen dentro del mismo distrito, y eso que su espacio apenas supone el 30% del total, ya que el 70% restante es para el resto de medios de transporte.

Así que hay que ganar espacio, facilitar la accesibilidad, cambiar el mobiliario y el diseño paisajístico... Todo esto se estructura en el PMUS en dos líneas de actuación principales, las intervenciones para crear itinerarios peatonales con una inversión de 3.015.931 euros, y la interevención en la escena urbana, con obras valoradas en 9,1 millones de euros. A ello se le uniría un impulso al proyecto de caminos escolares, ya iniciado en algunos centros (con 800.000 euros), y otras modificaciones normativas dirigidas a la pacificación del tráfico (otros 100.000).

CASCO SUPERACCESIBLE

En el primer bloque de intervenciones estaría la creación de una red arterial de itinerarios peatonales que sirvan de conexión entre distritos y que, por volumen de viandantes, canalicen el mayor fluyo de usuarios para los desplazamientos de uno a otro, complementado con otra red secundaria de distribución dentro de ellos.

En este bloque también se incluyen las «zonas superaccesibles», pensadas para el casco antiguo y que superarían todos los estándares a los que obliga la legislación para que no existan barreras arquitectónicas. Se considera como áreas de especial protección no motorizada y se acotaría a los límites que marcan el Coso, la avenida César Augusto y el paseo Echegaray.

Entre los proyectos en la escena urbana, como novedad, destaca la «movilidad vertical», la instalación de rampas o ascensores para salvar desniveles en cinco zonas: Castillo Palomar, Tenor Fleta, el Parque Grande, San José y el puente de Manuel Giménez Abad.