La actividad del rastro de Zaragoza ha decaído en los últimos tiempos, en particular los miércoles, lo que ha llevado a barajar un posible cambio de ubicación que ayer fue finalmente descartado. Los 400 puestos de venta seguirán pues en el Párking Sur de La Almozara, pero se hará frente al declive de las ventas y se tratará de dignificar el espacio.

Con estos objetivos en mente, el Ayuntamiento de Zaragoza, la Cámara de Comercio, la unión de autónomos UPTA y la junta del mercado ambulante firmaron ayer un convenio para dinamizar el rastro en su actual emplazamiento.

En virtud del acuerdo, el consistorio llevará a cabo de inmediato una serie de medidas para mejorar el espacio donde se ubica el mercado, dotarlo de contenido y facilitar el acceso al mismo, con una inversión inicial de 90.000 euros. Paralelamente, la Cámara de Comercio, en cuya sede se rubricó el convenio, realizará un estudio, valorado en otros 10.000 euros, para determinar el impacto de estas actuaciones y comprobar su grado de eficacia.

Entre las medidas pactadas figura la colocación de cortavientos, la plantación de árboles, la construcción de un escenario de obra y la instalación de 35 bancos y 40 papeleras. Otro reto al que se tratará de dar respuesta es el transporte. Para ello se alargará la línea de autobús número 51 desde la Estación Intermodal hasta la rotonda del Párking Sur y se estudiará modificar la línea 42.

EL MIÉRCOLES, DÍA DÉBIL

Especial atención recibirá la dinamización del mercado ambulante los miércoles, dado que apenas registra afluencia entre semana, a diferencia de lo que ocurre los domingos, su segundo día de apertura. Con este objetivo se organizarán actividades que «atraigan a otro tipo de público», en palabras de la concejala Teresa Artigas, responsable de mercados.

«El lugar que ocupa actualmente el rastro no es muy agradable», reconoció Esther Jiménez, representante de la junta del mercado ambulante, que subrayó que espera que, con las medidas que se adoptarán, el mercado ambulante «funcione mucho mejor».

Álvaro Bajén, de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), destacó la capacidad de «integración y de atracción» del rastro, al que se refirió como un «polo comercial» que beneficia a un colectivo que, en la provincia de Zaragoza, está compuesto por unas 2.000 personas.

«UN EMPUJÓN FUERTE»

Por la Cámara de Comercio, su director general, José Miguel Sánchez, precisó que el estudio que realizará su institución se centrará en la evolución de la oferta y la demanda y en la rentabilidad y no solo en el efecto que se registra en la actividad de los miércoles. Además, aseguró que la entidad que dirige velará por el cumplimiento de los puntos acordados en el convenio y en este sentido pidió que «se dé tiempo al tiempo».

Esther Jiménez insistió en que montar el mercadillo los miércoles, «cuando los puestos solo llenan cuatro calles, es una pérdida de tiempo». En su opinión, la batería de medidas que se pondrán en práctica servirán para «dar un empujón fuerte a la venta». Jiménez señaló que, si las medidas estudiadas, no dan el resultado esperado habrá que aplicar otras.

UBICACIONES DESCARTADAS

El acuerdo firmado ayer supone, de hecho, mantener el rastro en su actual emplazamiento tras un debate ciudadano en el que se han barajado distintas ubicaciones alternativas que al final no han cuajado. Así, se llegó a estudiar la posibilidad de trasladarlo a la Estación del Norte y al entorno de la Romareda, pero estas opciones quedaron descartadas a la vista de los informes técnicos realizados y ante la oposición que despertaron entre los residentes afectados y entre las propias asociaciones de comerciantes.