La reforma del impuesto sobre el incremento de los terrenos de naturaleza urbana, más conocido como el de plusvalía, superó ayer su penúltimo peldaño hacia la aprobación definitiva. No sin polémica, incluido de urgencia en el orden del día de la Comisión de Economía y Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza y rechazando las alegaciones in extremis presentadas por Ciudadanos (Cs), a la propuesta normativa de los conservadores solo le queda un último trámite, el pleno del día 30, para que entre en vigor el próximo mes de mayo. Así, la responsable de esta reforma, la edil del PP María Navarro celebraba el «gran día» que significaba, al finalizar la comisión, reeditar la suma de sus votos a los del PSOE y Cs en un pacto que posibilita esta revisión del impuesto. Una reforma que, entre otras novedades, aplicará una bonificación del 95% a las herencias de vivienda habitual sin límite de valor catastral y un 20% en las segundas propiedades con valor catastral inferior a 150.000 euros. Restará a las arcas municipales una cuantía que rondará los 9 millones anuales pero, como destacó Navarro ayer, se ha «comenzado el camino hacia la eliminación total de este impuesto injusto» y se da respuesta, desde la oposición, a un «clamor social».