El debate sobre la movilidad compartida, la problemática en las aceras y la difusa normativa existente está sobre la mesa y ayer en Zaragoza hablaron de ello algunas de las firmas de patinetes, bicis, motos y coches que operabn en toda España. En la tercera sesión de las jornadas de Zaragoza Ciudad de Movilidad, organizadas por Mobility City, se pudo contar con algunos de los representantes de marcas que ya están llegando a gran velocidad a las ciudades, entre ellas la capital aragonesa. Empresas como Mobike, Reby, Yego, Emov y Blablacar fueron las que debatieron sobre las nuevas soluciones, al tiempo que destacaban como «adecuada» la regulación de la ordenanza municipal. No hay tal problemática si se cumple la normativa, aseguran.

Su objetivo, explicaron, es siempre crear ciudades integradas que aumenten la capacidad de mover gente en un mismo espacio y reducir aquellos espacios destinados al transporte privado, que de media mueve «1,7 personas» por vehículo. Su promedio es muy superior, «en torno a 3,9», aseveró la representante de Blablacar, Itziar García. Y eso que, también subrayaron, el incremento de nuevos medios de transporte y el aumento de la movilidad compartida en Zaragoza está provocando que las personas pasen «una media anual de 13 horas paradas en el tráfico», siendo ya «dos horas más» que las que estaban el año pasado en la capital aragonesa. Y es que todos ahora, coches y estos vehículos compratidos, se ven abocados a la calzada.

Zaragoza destaca, sin embargo, por una cuestión que para ellos también es importante: el escaso vandalismo que sufren estos medios de transporte, como las bicicletas y los patinetes. La ciudad sobresale porque «apenas se pierde flota», al contrario que puede pasar en ciudades más grandes como son Barcelona o Madrid, según explicó el portavoz de Reby, Guillem Pallés, apoyado por Hunab Moreno, de Mobike. Ambos subrayaron que es «donde menos vandalismo existe».

Por otra parte, sus aplicaciones cuentan con gran información de los usuarios: dónde viven, cómo se llaman, adónde van diariamente, entre otros datos. Y muchas noticias señalan la rentabilidad que sacaban gracias a esta información porque se transfería para obtener un beneficio. Pero todas las marcas aseguraron que no existe tal negocio y que, incluso, en la atención al cliente eran empresas externas las que se encargaban de ello, para que ningún trabajador tuviera acceso a dicha información confidencial.

Entre sus retos está acabar con los obstáculos que crean sus vehículos mal aparcados en la acera. Un problema con una solución «relativamente fácil» que deben explorar con el Gobierno. Porque una cadena o un candado les funciona mejor que obligar al usuario a andar hasta una estación, y bajaría el uso.