Zaragoza Está claro que los relojes florales de la ciudad no funcionan al mismo tiempo. El de la glorieta Puerta del Sol luce en todo su esplendor, pero resulta difícil a los ciudadanos ver qué hora marca porque no tiene la suficiente inclinación. En el de la plaza de Santa Engracia el tiempo no corre. Desde hace semanas ni tiene saetas ni setos que hagan la función de números. Como ambos están en lugares muy transitados convendría arreglarlos. Resultan agradables a la vista y cumplirían su función.