Los dimes y dimesdiretes de Aragón. Repollés, que en su primera comparecencia del año unió una suya a petición propia con otras dos de PP y Ciudadanos para abordar el tema de la inmunización, tuvo un debate tenso frente a una oposición que criticó constantemente la «falta de previsión y planificación» en la administración de las dosis.

Solo 24 horas después de que el jefe de la uci del hospital Obispo Polanco de Teruel, José María Montón, pusiera sobre la mesa que algunos administrativos y sindicalistas ya se habían vacunado allí cuando todavía no les correspondía y después de saberse que algún alcalde también lo ha hecho, Repollés fue tajante: «Es posible que haya habido actuaciones no estéticas o alguna imprudencia, pero no me consta que nadie haya tomado decisiones a sabiendas de que son injustas o reprobables», dijo. «El fin es el aprovechamiento de las dosis disponibles, priorizando los grupos de riesgo, y no participaré en ninguna caza de brujas sobre si fulanito o fulanitomenganita. Mi equipo y yo esperaremos nuestro turno», añadió.

La consejera, que defendió el plan de vacunación y reiteró en varias ocasiones que los protocolos y los plazos venían marcados por la Unión Europea y el Ministerio de Sanidad, apuntó que «la única limitación» que existe está en la disponibilidad de las dosis y en el envío por parte de las farmacéuticas. «Estamos perdiendo el norte. La crispación política no nos permite distinguir entre la malversación y el aprovechamiento de una posición pública o política de la exigencia de utilizar y no desperdiciar todas las dosis disponibles», señaló.

La previsión con la que trabajan en el Gobierno de Aragón es que, a finales de marzo, se hayan podido vacunar ya en la comunidad 100.000 personas. «Reconozco que llevamos mucho tiempo, que tenemos nuestra vida limitada y algunos, demasiados, se han ido sin una despedida. Todo esto agria el carácter y la fatiga pandémica nos hace más irascibles, pero si hay algo peor que las vacunas es no tenerlas», apuntó Repollés.

Por su parte, la popular Ana Marín empezó «negando la mayor» a la consejera, a quien señaló como «responsable» de lo que pasa en Aragón. «Falta un protocolo claro y una estrategia. El exministro Illa y ahora candidato, ese que ha abandonado el barco en medio de una crisis sin precedentes, no ha repartido a Aragón las vacunas que le correspondían y no le he oído decir nada ni a usted ni a Lambán. Les ha pillado el toro y desde marzo no han aprendido nada», apuntó Marín. Esta mostraba papeles y gráficos, mientras que Repollés negaba desde su asiento.

"Baile de datos"

Desde Ciudadanos, Susana Gaspar discrepó con el relato de la consejera. «Necesitamos un plan nacional para gestionar las vacunas con unos criterios comunes y únicos. No los hay, ha habido un baile de datos y tenemos un problema con las farmacéuticas», consideró Gaspar. «Tanto jugar con los datos estamos volviendo locos a los aragoneses», dijo. «Atención Primaria está desbordada, no han aceptado ofrecimiento de personal, de médicos jubilados o del ejército. Creo que siguen corriendo detrás del virus y la sensación es que poco hemos aprendido», añadió.

La crispación continuó por parte de Santiago Morón, de Vox, que alertó de que «al ritmo que llevamos no vamos a terminar la vacunación hasta bien entrado el 2023», dijo. «Un plan debe contemplar una campaña de información y sistema de citas, así como de recursos, y de eso no ha comentado nada. Hay muchas dudas y se las preguntan a los sanitarios, que no saben nada», señaló.

Por su parte, el portavoz de Izquierda Unida, Álvaro Sanz, mostró su disconformidad con disponer de una reserva estratégica. «Habría que planificar la sexta dosis del vial de tal manera que se aproveche entre sectores de población de la primera etapa, sin saltarse las prioridades. ¿No sé puede planificar esto de otra manera?», se preguntó.

Desde el PAR, Esther Peirat indicó que «todos los esfuerzos son pocos» tras casi un año de pandemia, mientras que la diputada de CHA, Isabel Lasobras, consideró que «no se debe tolerar la vacunación de cargos públicos en el momento en el que no les corresponda», dijo. Desde Podemos, Itxaso Cabrera remarcó también la «vergüenza» de quien se «cuela» en la inmunización y Olvido Moratinos (PSOE) pidió a la oposición que no busquen «alarmar a la población».

En su intervención final, la consejera Repollés insistió en que «no se escatimará en recursos humanos y materiales» para continuar con la vacunación. «Si nos fijamos en la anécdota perdemos la visión general. Deberíamos ser más exigentes todos con el suministro comprometido por la industria. No nos quedemos con el dedo que señala, sino alcemos la vista apuntando mas alto, apuntando el bien común», finalizó.

Repollés: «La reserva nos permite seguir con el calendario previsto»

Por otro lado y en cuanto a la llegada de más o menos dosis a las comunidades en la última semana, Repollés explicó que el hecho de disponer de una reserva estratégica ha permitido a Aragón continuar con su plan según lo previsto. «Había comunidades que no tenían reserva y que necesitaban vacunas para cumplir la segunda dosis, de ahí esa priorización a estas autonomías y de la solidaridad por parte de los demás. Me consta que fue Valencia la que recibió un 57% y el resto un 50%, pero eso en ningún caso ha cambiado el calendario previsto en Aragón», reiteró. «Tenemos un plan basado en criterios y vamos a alegrarnos un poco porque en tiempo y forma estamos cumpliendo. No debatamos de tonterías y banalidades sobre si la sexta o séptima dosis se la das a tu vecino o a tu primo hermano, que no es el caso», espetó la consejera.