Un convoy militar logístico sufrió el pasado martes un atentado con coche bomba que causó un fallecido y dos heridos graves en el campo de maniobras de San Gregorio. Afortunadamente, se trataba de un simulacro. Pero es uno de los peligros a los que se expone el contingente que tomará el relevo en la misión de la ONU en Líbano, que partirá a mediados de este mes desde Zaragoza --bajo el nombre de Brigada Libre Hidalgo XXI-- para hacerse cargo seis meses de la zona sur, y seguir así con el proceso de traspaso de poderes a las Fuerzas Armadas libanesas.

Un contingente integrado principalmente por tropas aragonesas (unos quinientos de los seiscientos miembros tienen base en Zaragoza o Huesca), generado en torno a la brigada de caballería Castillejos II y al mando del general Andrés Chapa, con amplia experiencia internacional tanto en el Líbano --donde estuvo en el 2008-- como en los Balcanes y Guatemala.

CONFIANZA El objetivo de este nuevo relevo es profundizar en la fase de estabilización, en una zona relativamente tranquila, aunque tensa como cualquier tierra fronteriza que ha sido escenario de una conflagración. El riesgo, explica el general Chapa, es precisamente la aparente paz. "Es una calma tensa, y el mayor peligro de las misiones es precisamente la confianza, fiarse a la rutina y dejar lo fácil aparcado. Por eso precisamente se hacen estas prácticas", explica. El objetivo es engrasar la máquina y que una tropa heterogénea --hay cincuenta hombres del ejército salvadoreño y una compañía serbia-- formen "una gran familia" en la base de Marjayoun.

La zona, eso sí, cuenta con una presencia abundante de tropas. Entre los soldados de UNIFIL (la misión de Naciones Unidas) y los libaneses, unos 16.000 efectivos controlan la zona sur --el este estará a cargo del general Chapa, también con batallones indonesios, hindúes y nepalís a su cargo, y el oeste quedará bajo el mando de un general italiano--, en una zona de algo más de mil kilómetros cuadrados. "Es unas 16 veces más pequeña que la provincia de Zaragoza, del tamaño aproximado de la comarca de Belchite", expone el general, para hacerse una idea.

La selección está cuidadosamente pensada para afrontar el "reto" de coordinar fuerzas de distintos países, y para combinar la veteranía con la "savia nueva" que contagie la tensión y el entusiasmo necesario en una primera misión internacional. Un ejemplo sería el soldado Alejandro Adiego, zaragozano que lleva preparándose todo el año para sus seis meses, básicamente como conductor del vehículo Lince que se utiliza habitualmente en los desplazamientos. "Hemos hecho muchísima conducción, porque aquí suelo llevar un VEC --Vehículo de Exploración de Caballería--, algo de mecánica para las revisiones...", explica.

El entusiasmo, como el valor, se le supone, habida cuenta de que es voluntario, como la mayoría. "Siempre he querido salir de misión internacional, te preparas para algo pero hasta que no llegas no sabes qué te vas a encontrar". No se atreve a declararse "tranquilo", porque "nunca se puede bajar la guardia", pero sí muestra seguridad. Su formación, como la de sus compañeros, ha incluido el trato con la población civil, con los militares libaneses, aspectos jurídicos...

SIMULACRO Toda esta práctica se puso a prueba los pasados lunes y martes, donde un equipo de evaluación de la propia Brigada Castillejos II se encargó de supervisar y valorar la reacción de todos los estamentos de la expedición. El martes por la mañana, el TOC (Centro de Operaciones

Tácticas, por sus siglas en inglés) simulado en uno de los pabellones de la brigada recibía la noticia de la explosión de un artefacto improvisado que había sorprendido a un convoy logístico. Rápidamente hubo que cursar las órdenes de mando, ir desplegando los efectivos en la zona por oleadas --para evitar que se convirtiese en una bomba trampa que atrajese al resto de efectivos para liquidarlos con una segunda explosión-- y acordonar y asegurar la zona.

El ejercicio en realidad se centraba en evaluar "el flujo de información" de los centros de mando al campo y viceversa, según explicaba el teniente coronel Jesús Leal, PIO --encargado de relaciones externas-- del contingente. Pero eso no significa que no se pusiese a prueba hasta el más mínimo detalle. Desde la capacidad de coordinación de los mandos intermedios, a su contundencia para lidiar con las tropas libanesas que pretendían hacerse cargo de la zona.

En la discusión, rondaban con chaleco reflectante los evaluadores, atentos al desarrollo de los acontecimientos. "La verdad es que vamos a fastidiar lo máximo que podemos (acudieron libaneses, prensa, hubo amago de una segunda explosión, uno de los heridos murió en el traslado...), y no te sabe bien porque son compañeros. Pero hay que ensayarlo todo, y están sacando nota", explicaba un miembro del equipo de evaluación, mientras los mandos españoles discutían con los libaneses --en perfecto castellano, eso sí-- con mediación de un agente de Inteligencia.

"Se evalúan protocolos, pero sobre todo la cadena de mando y la pericia de los mandos, ya que nunca hay una situación tipo. Siempre surgen imprevistos, y tienen que saber afrontarlos", añadía el supervisor.

Una vez pulidos los protocolos, la Brigada Libre Hidalgo XXI tendrá luz verde para partir hacia Oriente Medio, con el reto de seguir dejando en buen lugar a las tropas españolas. Algo de lo que al general Chapa no le cabe duda. "El carácter español hace que nos ganemos a la gente allá donde vamos, está demostrado que nos relacionamos mejor con la población que otras culturas. Lo que no significa que las misiones sean fáciles", puntualiza.

"Lo peor es para la familia, pero en mi caso, después de cuatro misiones, ya están acostumbrados. Y las comunicaciones en la base son estupendas", asegura. Tras ocho años de misión internacional en la zona, la base está sobradamente equipada para acoger a los contingentes internacionales que protegen la blue line, la zona fronteriza que deben mantener pacificada. Pero, como insisten, el peligro está precisamente en confiarse excesivamente en lo que puede parecer una situación en calma. Un avispero adormilado.