Seis tramos de la cuenca hidrográfica del Ebro se encuentran en alerta por crecidas de los cauces, que en el caso de Castejón en Navarra es de carácter extraordinario y que en Aragón ha obligado a movilizar a todos los efectivos de la Guardia Civil y de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

De los seis tramos, uno corresponde al Jalón en Calatayud, que esta madrugada ha alcanzado un pico máximo de 66,91 metros cúbicos por segundo y 2,82 metros y ya ha comenzado el descenso, igual que en sus afluentes.

El alcalde de Calatayud, José Manuel Aranda, ha notificado en un comunicado que no se han registrado afecciones a garajes ni viviendas de la ciudad y que hoy está previsto evaluar las afecciones a caminos y fincas, al tiempo que pide a la población que mantenga la precaución porque sigue el estado de aviso.

Aunque está en aviso, también ha comenzado el descenso del Ebro en Logroño, que se encuentra con un caudal de 758 m3/s.

El Ebro en Castejón sigue en ascenso y presenta un caudal de 2.672 m3/s, con carácter de avenida extraordinaria y próximo a la crecida de 2015, cuando se alcanzaron los 2.691 m3/s.

En Zaragoza, el río lleva un caudal de 1.750 m3/s, todavía de carácter ordinario, pero en previsión de que se convierta en avenida extraordinaria y ante "el peor escenario posible", como subrayó ayer el presidente de Aragón, Javier Lambán, se ha activado a la UME y movilizado a la Guardia Civil.

Lambán junto al delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde, presidió ayer en Pradilla (Zaragoza) una reunión de coordinación con los treinta alcaldes de las localidades ribereñas del Ebro en Aragón con el fin de prevenir los mayores daños posibles ante la previsión de que la riada tenga consecuencias similares a la de 2015, cuando se alcanzaron los 2.448 m3/s.

En declaraciones a EFE, José Ayesa, alcalde de la primera localidad zaragozana de la ribera del Ebro que recibirá la crecida, Novillas, ha mostrado su pesimismo por la situación, dado que el caudal del Ebro sigue en aumento, en su municipio ya alcanza algo más de 8 metros y ha anegado cerca de 1.400 hectáreas, cien menos de las que se vieron afectadas en la crecida de 2015.

"Esto empeora a paso ligero", ha lamentado Ayesa, quien ha apuntado que se ha tenido que desalojar alguna vivienda de la ribera y aunque el agua no ha llegado al pueblo, hay un problema de desprendimientos en una mota, que están revisando los técnicos, y si se acaba colapsando "sería un espanto".

"A ver si hay suerte y pasamos el día" porque por buena voluntad que se ponga "el río es el río". "Es muy agrio esto", ha apuntado.

Aguas abajo de Zaragoza, la Confederación Hidrográfica tiene activado el aviso del Ebro en Tortosa, con 1.557 m3/s, y en Ascón, con un caudal en estos momentos de 1.671 m3/s.

En preaviso se encuentra el Ebro en Mendavia, con un caudal estable de 951,7 m3/s y 4,13 m3/s, y en Andosilla, que va en descenso con 175 m3/s y 3,30 metros de altura tras alcanzar una punta de 230,6 m3/s y 3,96 metros.