Apenas el 7% de los afiliados del PP de Zaragoza capital acudió a las urnas el pasado martes para elegir a los compromisarios al congreso nacional del partido. El proceso se ha convertido en un auténtico pulso de la organización de los populares zaragozanos al aparato regional, que ha dejado ver la seria crisis interna de la formación. Casi todos los representantes elegidos en Zaragoza son afines al presidente provincial del partido, José Atarés, que ha querido medir sus fuerzas. A juicio del sector oficial, el bajo porcentaje de participación ha demostrado su debilidad.

En la capital aragonesa estaban convocados a las urnas unos 7.000 militantes para elegir a 22 compromisarios al congreso nacional. Votaron apenas 420, a los que se suman otros 52 de Nuevas Generaciones. En total, menos de 500 participantes, que suponen un escaso 7% del total. En Calatayud hubo 40 papeletas y 50 más en Zuera, lo que haría descender todavía más el porcentaje global, pues la afiliación en toda la provincia ronda los 8.000 militantes.

Aunque la designación de representantes del partido para un congreso nacional parece a simple vista un trámite no muy complicado, se convierte casi siempre en un termómetro de la temperatura interna de la organización. Es lo que ha sucedido en este caso, al elegir a los compromisarios para la cita que --entre los próximos 1 y 3 de octubre-- debe aupar a Mariano Rajoy hasta la presidencia de la formación conservadora.

SIN ACUERDOS El enfrentamiento abierto entre el PP de Zaragoza --presidido por el exalcalde y concejal José Atarés-- y el aparato regional --liderado por el diputado autonómico Gustavo Alcalde-- ha quedado más que patente. No hubo ningún acuerdo entre sectores para presentar una lista de consenso a esta votación interna, que se celebró el martes, así que el equipo de Atarés copó la mayoría de los 44 puestos en liza.

Con este gesto, el PP provincial ha querido hacer una demostración de fuerza, que a juicio de la organización regional ha sido en vano, porque el equipo de Alcalde no ha plantado batalla por unos puestos para los que se puede ser invitado.

De hecho, el sector oficial considera muy significativa la baja participación de la militancia (que dejó 11 votos en blanco y 7 nulos entre los 420 depositados, según fuentes consultadas). En este escaso porcentaje, la dirección regional ve una muestra de la debilidad de Atarés, cuyos correligionarios demandan una renovación de mensajes y de caras. Porque la trascendencia de este gesto aún está por ver: la clave la dará el congreso regional de finales de octubre, en el que Gustavo Alcalde podría encontrarse con un rival para ocupar la presidencia regional.

No obstante, los populares zaragozanos recordaron ayer que en las pasadas elecciones de compromisarios la cifra de participantes fue todavía menor, y valoran mucho que casi 500 personas se acercaran a votar cuando se presentaba una lista única y no había rivalidad entre candidatos. De nuevo, el termómetro estará en el congreso regional.