El Tribunal Supremo ha zanjado un conflicto abierto desde hace casi una década entre dos confederaciones, la Hidrográfica del Ebro (CHE) y la General de Trabajadores (CGT), sobre los terrenos de la localidad zaragozana de Ruesta, que el sindicato tiene cedidos desde los años 80. Una entrega de estos suelos que el organismo de cuenca cambió unilateralmente en el 2010 y de forma irregular. Así lo entendió el sindicato y, nueve años después, el Tribunal Supremo le ha dado la razón.

El conflicto se remonta a los años 80 de la pasada década, cuando la CHE comenzó una política de cesión de pueblos abandonados, dos décadas antes, por la construcción del embalse de Yesa. Entre otros sindicatos, a la CGT, por entonces CNT, le correspondió este municipio, actualmente pedanía de Urriés, por donde discurre además el Camino de Santiago. En 1992 se formalizó la cesión de terrenos por 50 años.

El sindicato fue rehabilitando zonas, construyendo la casa de cultura Ramón Acín y abriendo albergues y restaurantes para fomentar la actividad sociocultural, e incluso un cámping que tuvo que ser cerrado por ocupar terrenos del recrecimiento.

Mientras, los integrantes del sindicato fueron comprobando cómo terrenos de cultivo o bosque que creían suyos eran explotados por vecinos de localidades cercanas, y consultaron a la CHE, que finalmente les informó de que había habido un error en las concesiones. Fundamentalmente porque habían incluido tierras que no formaban parte de las expropiadas para la construcción del embalse de Yesa, y por lo tanto no eran suyas y no las podían ceder.

Así, en el 2010, el organismo de cuenca emitió una nueva resolución sobre los terrenos, con una distribución en la que cambiaba los terrenos, amparada en que había habido un «error material». Un reparto en el que la CGT salía perjudicada, pero que además se había hecho con un procedimiento inadecuado, porque este cambio no era una simple subsanación de fallos, sino un proyecto distinto.

SEIS AÑOS

El sindicato recurrió a los tribunales, y el asunto tardó hasta seis años en llegar al Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA), que en el 2016 admitió parcialmente la reclamación pero consideró que el procedimiento era correcto porque, en efecto, la CHE no podía ceder terrenos que no fueran suyos.

Así que tuvieron que pasar otros tres años para que, hace unos días, el Tribunal Supremo haya acabado dando la razón a la CGT, tras el recurso presentado por la letrada Paula Hormigón, y haya anulado la resolución inicial de la CHE, que dio origen al procedimiento.

Así las cosas, el organismo de cuenca tendrá que volver a tramitar el reparto correcto, negociando con la CGT que, como recoge la propia sentencia, nunca se ha cerrado a negociar. Es más, fue la propia organización sindical la que instó a aclarar la propiedad de los terrenos.

El secretario general de CGT, José Manuel Muñoz, confió en que el fin de litigio contribuya a desbloquear obras comprometidas hace años, como un nuevo cámping, la rehabilitación de la iglesia o el hostal de la Casa de la Cadena. Esperó una actitud «más dialogante» a partir de ahora por parte del organismo, con cuya presidenta, María Dolores Pascual, tiene pendiente una reunión para tratar de la sentencia y sus repercusiones.