El Ayuntamiento de Zaragoza ha elaborado un reglamento con el que pretende regularizar y protocolizar el funcionamiento del Centro Municipal de Protección Animal de La Cartuja (CMPA). Un documento que afecta directamente a los voluntarios, que tendrán unas funciones mucho más concretas y definidas que no se limitarán al paseo de los canes como hasta ahora, y que incluye un régimen sancionador.

El concejal de Participación y Relación con los Ciudadanos, Javier Rodrigo, explicó que por primera vez el consistorio ha trabajado con técnicos y veterinarios para fijar al detalle cuáles deben ser los procedimientos que deben seguirse cuando llega un animal al centro, cuando va a producirse una salida, tanto si es temporal como definitiva, y durante su día a día.

El reglamento, que será aprobado en el próximo Gobierno de la ciudad, define las actividades a ejecutar para socializar a los perros y gatos; especifica y diferencia las funciones de los operarios y de los voluntarios; actualiza los procesos de bioseguridad (cuarentenas); regula las tareas de desinfección de las zonas comunes; y mejora la alimentación y nutrición de los animales.

Uno de los apartados que más polémica puede suscitar está relacionado con las funciones de los voluntarios, que desde que se decretó el estado de alarma hace un año no han podido acceder al centro. Una vez que se apruebe el reglamento deberán formar parte del llamado Cuerpo Municipal de Voluntariado y asistir de forma obligatoria a una formación específica sobre el cuidado y el trato de los animales.

Según el reglamento, sus «obligaciones» no se limitaran al paseo de los canes y tendrán que participar en el programa de actividades educativas que quiere poner en marcha el consistorio en los colegios de la ciudad, así como en otras campañas, además de hacer un seguimiento de las adopciones.

El documento incluye un régimen sancionador que deberán aceptar si quieren poder trabajar con los animales como vienen haciendo históricamente en la capital.

Casi 300 perros, 130 gatos y una cabra, el balance del 2020

El año pasado el CMPA acogió a 290 perros, de los que 42 eran potencialmente peligrosos (PPP). También pasaron por las instalaciones 127 gatos, siete mamíferos, un ave y una cabra. En total se adoptaron 225 canes, de los que solo 35 eran (PPP) y 118 felinos. La cabra también dejó el centro. El número de animales que llegó hasta el CMPA se redujo un 37% y también se redujo su tiempo de estancia, pasando de los 170 días a los 130 de media.