La Cámara de Comercio de Zaragoza quiere hacer de la capital aragonesa un destino turístico de calidad y, con ese fin, ha impulsado la creación de la Mesa de Calidad Turística de Zaragoza. El objetivo de esta mesa es involucrar a todos los sectores productivos y culturales de la ciudad para adoptar un código de buenas maneras que convierta a la capital aragonesa en un destino interesante y atractivo para los visitantes.

Ayer se constituyó formalmente este organismo, que estará presidido por el concejal de Turismo del Ayuntamiento de Zaragoza, Fernando Arcega, y en el que están integrados una docena de representantes del sector, pertencientes a bares, hoteles, restaurantes, comercios, museos, oficinas de información y taxistas.

PROYECCION EXTERIOR Sin embargo, durante el acto Fernando Arcega ya advirtió que el objetivo de esta iniciativa "no es que Zaragoza obtenga la Q de Calidad sino que se conozca como un destino turístico de calidad".

La creación de este foro está recogido en el Sistema Integral de Calidad Turística en Destino (SICTED) que gestiona la Cámara de Comercio de Zaragoza y que ha creado la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).

Este sistema cuenta en la capital aragonesa con la adhesión de unas 66 empresas y servicios, que se encuentran en proceso de mejora, aunque ninguna de ellas ha obtenido todavía el sello de calidad, según explicó Marc Pavía, el consultor de la empresa que se encarga de elaborar los planes de mejora y de las auditorías de los socios integrados en la mesa.

Según Pavía, el objetivo es implantar un plan "integral" de calidad turística que consiga involucrar no sólo a los sectores y subsectores que "tienen incidencia en la satisfacción del turista" que llega a la ciudad como taxistas, museos, comercios, bares o guías.

Para ello, se han desarrollado 23 manuales de buenas prácticas para distintos subsectores que abarcan desde planes de limpieza a pautas de cortesía.

Las empresas adheridas al proyecto deberán implantar, bajo el asesoramiento de la consultora, los códigos de buenas prácticas y los planes de mejora personalizados, en un periodo de seis meses. Transcurrido ese tiempo, se les realiza una auditoría para ver si cumplen los requisitos necesarios para recibir el sello de calidad.